Frente al RX convencional, el RX L tiene dos características que pueden resultar interesantes para algunas personas: una tercera fila de asientos donde se pueden acomodar dos personas y un maletero de mayores dimensiones. Salvo por estos detalles, el habitáculo de ambos modelos es prácticamente idéntico, por lo que estas impresiones del interior son perfectamente válidas.
Los dos asientos que conforman la tercera fila (imagen) son individuales, no tienen ajuste longitudinal y, según nuestras mediciones, solo son aptos para niños pequeños o, en general, para personas de estatura muy reducida. La cota que más limita en este aspecto es la altura libre al techo, que con 84 cm impide que personas de más de 1,70 m se puedan acomodar sin rozar con la cabeza en el techo. Un Volvo XC90, un Audi Q7 o un Land Rover Discovery están mejor resueltos en este apartado, pues tienen 87, 89 y 93 cm respectivamente (ficha comparativa).
Cuando la segunda fila de asientos va situada en su posición más retrasada (tiene ajuste longitudinal), el espacio para las piernas en la tercera fila es insuficiente incluso para niños. Por este motivo se hace indispensable desplazarla hacia delante unos centímetros, aunque casi nunca supone un problema porque, como se puede observar en este listado, el RX L se encuentra entre los mejores en cuanto a espacio longitudinal en la segunda fila de asientos.
Tampoco el acceso a la tercera fila es sencillo porque el hueco liberado es pequeño y sus formas, muy irregulares (imagen). Además, los asientos quedan relativamente lejos, por lo que es necesario tener cierta agilidad para llegar a ellos (y también para salir). El sistema de plegado de asientos de la segunda fila, en cambio, es fácil de accionar: simplemente hay que accionar un tirador que reclina el respaldo y hace deslizar la banqueta por completo (imagen del mismo).
Las dos plazas de la tercera fila disponen de algunos elementos de confort para los pasajeros, como un climatizador independiente del de las plazas delanteras (imagen de la botonera que los controla) con sus correspondientes salidas de ventilación o dos posavasos entre las banquetas (imagen).
Cuando no se utilizan estas dos plazas adicionales de la última fila, es posible guardarlas bajo el piso del maletero, donde quedan ocultas y completamente enrasadas (imagen). Tanto el plegado como el desplegado de las mismas es súmamente sencillo, pues se hace desde unos mandos eléctricos destinados a tal fin ubicados en la pared izquierda del maletero (imagen) y en la segunda fila de asientos, junto al paso de rueda de la parte derecha (imagen).
En su configuración de cinco plazas y con los asientos de la segunda fila completamente retrasados, el RX L tiene un maletero con 652 litros de capacidad, 113 más que el RX convencional. Es un buen dato en términos absolutos, pero es peor que el de algunas de sus principales alternativas: Audi Q7 (770 l), Volvo XC90 (692 l) o Mercedes-Benz GLS (680 l). No obstante, cabe destacar que es un maletero fácil de aprovechar porque sus formas son muy regulares y porque tiene distintos elementos con los que se puede organizar y fijar la carga, como perchas escamoteables, ganchos metálicos o una toma de 12V. Además, bajo el piso hay un lugar especialmente diseñado para guardar la cortinilla cubre equipaje cuando no se usa (imagen).
Con las siete plazas en posición de servicio, el volumen del maletero queda reducido a 211 litros de capacidad, suficiente para llevar dos maletas de tamaño generoso (imagen). Los rivales mencionados de manera recurrente en este texto tienen un maletero mayor a igualdad de configuración de asientos: 314 litros en los Audi Q7 y Volvo XC90 y 258 litros en el Land Rover Discovery. Todos los RX L tienen un sistema de apertura y cierre automáticos del portón, aunque solo aquellos con el nivel de equipamiento más alto (Executive) cuentan con función manos libres (al acercar la mano al emblema de Lexus, se abre).
Como en el RX convecional, el RX L sobresale por la fabulosa sensación de calidad que transmite, ya sea a la vista como al tacto. Da la sensación de ser un vehículo fabricado con esmero porque tanto los materiales utilizados como los ajustes entre las distintas piezas son muy buenos. Además, todos los botones, mandos y ruletas repartidos por el salpicadero tienen un tacto fabuloso (es especialmente reseñable el que controla el volumen del sistema de sonido, que recuerda al de algunos equipos de alta fidelidad domésticos), los huecos portaobjetos están cubiertos de goma o de moqueta y el tapizado de calidad está presente en lugares poco frecuentes, como los parasoles, todos los montantes o incluso la parte interna del portón.
El aspecto menos conseguido es, sin lugar a dudas, el manejo del sistema multimedia, que puede llegar a ser farragoso, lento y errático porque se hace a través de unos botones y un cursor que ofrecen muy poca precisión (imagen). En función del nivel de equipamiento, la pantalla en la que se visualizan las indicaciones y la información puede ser de dos tamaños: 8 pulgadas (para la versión Executive) o 12,3 pulgadas (para las versiones Executive Tecno y Luxury; imagen). Nosotros solo hemos probado la de mayor tamaño y lo cierto es que no admite tacha pues tiene buena resolución (aunque no tanta como la de un BMW X5 o un Volvo XC90), se ve bien incluso cuando la luz incide directamete sobre ella y está situada en una posición en la que no es necesario apartar la vista de la carretera para consultar los datos.
La instrumentación del RX L es idéntica a la del RX y por lo tanto, mantiene sus mismas virtudes y defectos. Es una instrumentación que muestra la información de manera muy clara, pero la pantalla que hay entre los dos indicadores analógicos es muy pequeña para los estándares actuales y su resolución es baja (imagen).
Hay dos tipos de asientos para la primera fila del RX L: los de las versiones Executive y Executive Tecno (imagen) y los de las versiones Luxury. Ambos están tapizados en piel e incluyen memorias de posición, calefacción y ventilación, pero los de las versiones más equipadas tienen ajuste para la longitud de la banqueta. No obstante, cualquiera de los dos son anchos, muy confortables y están tapizados con una piel muy agradable al tacto, aunque no sujetan bien el cuerpo en las curvas.