En diciembre de 2021, en un evento soprendente, Toyota Motor Corporation mostró de golpe dieciséis prototipos eléctricos. Uno de ellos es este deportivo eléctrico de Lexus inspirado en el Lexus LFA, ese exclusivo modelos deportivo del que hizo 500 unidades y que tenía un motor V10 de 560 CV.
Del futuro deportivo eléctrico hay más imágenes que información, hasta el punto que Lexus ni siquiera ha puesto nombre aún a este prototipo. Y si lo tiene pensado, no lo ha querido comunicar todavía; tampoco corre prisa hacerlo, hasta 2030 no se producirá este coche.
Pero de lo que sí ha contado —llegará en 2030, acelerará de 0 a 100 km/h en dos segundos y tendrá 700 kilómetros de autonomía— hay algo reseñable: esa autonomía la proporcionará una batería de estado sólido. Eso sí, en esta afirmación hay cierta ambigüedad porque la frase exacta es «gracias al posible uso de batería de estado sólido».
Ese adjetivo da cierta escapatoria a Lexus en caso de no llegar a esa fecha con dicha tecnología preparada para un uso en un coche de producción. En las baterías de estado sólido se emplea un electrolito sólido en vez de líquido (vídeo explicativo sobre las distintas baterías actuales de iones de litio). Ello permite una densidad energética más alta, se degradan menos con el paso del tiempo y soportan recargas más rápidas.
Por ahora, las fotos o mejor dicho las imágenes generadas por ordenador, muestran un cupé con un capó largo, un puesto de conducción muy retrasado y una caída muy pronunciada en la parte posterior. Tanto en el capó delantero (imagen) como en el trasero hay unos cierres encastrados, similares a los que se usan en el algunos coches de competición. La toma de recarga parece estar en la ventanilla trasera izquierda (imagen), evocando las bocas de llenado de combustible de los vehículos de carreras. Los retrovisores son convencionales (de espejo); actualmente, Lexus ya usa digitales en un modelo de producción, el Lexus ES.