El RX300 es un todo terreno ligero con motor de gasolina de seis cilindros y 204 CV (transversal); cambio automático de cinco velocidades; tracción total permanente con diferenciales libres, control de tracción y sin reductora; bastidor monocasco con suspensión independiente; cinco plazas; y 4.740 mm de longitud por 1.680 de altura.
Es un coche más de carretera que de campo, más parecido a un Volvo XC90 que a un Volkswagen Touareg, por ejemplo. Está pensado para caminos que no sean agrestes porque la suspensión no tiene mucho recorrido ni mucha altura libre sobre el suelo. Tampoco se podría desenvolver bien por terreno muy blando, por el tipo de ruedas que lleva (por la medida y las características del neumático).
En carretera tiene una buena estabilidad. No es blando de suspensión, pero tampoco incómodo. La dirección es rápida y los frenos tienen un tacto bueno. El control de estabilidad es equipo de serie y funciona bien. Como en todos los de Toyota, da un pitido de aviso cuando actúa. A diferencia de otros controles de estabilidad, éste para mucho al coche después de que entre en funcionamiento. Además de la operación que hace sobre los frenos, limita mucho la potencia del motor, incluso cuando ya el coche está estabilizado.
Es un coche cómodo para viajar porque, además de una buena suspensión, hace poco ruido. No hay ruido aerodinámico, incluso a velocidad alta. La versión más costosa («President») tiene muelles neumáticos con altura variable (más información). Puede ser útil para sortear algún obstáculo por campo, pero no parece que haya una gran diferencia de estabilidad en carretera con relación a la versión de muelles helicoidales.
El motor parece bueno, pero no se nota claramente porque lo esconde el cambio. Tiene cinco marchas, desarrollos largos y es más bien lento. El cambio es el elemento que parece menos al día, hoy los cambios automáticos han progresado más.
Lleva un mando secuencial de bloqueo; con él se puede seleccionar la marcha máxima que engrana el cambio. Por ejemplo, en la posición «3», solo entran las tres primeras; aunque llegase en tercera al límite de régimen, no cambiaría a cuarta.
Por dentro desprende una buena impresión de calidad. Tiene el ajuste normal para un coche de su precio y unos materiales de recubrimiento de muy buen aspecto. No hay tanta altura interior como en otros todo terreno, pero sí bastante espacio para las piernas en las plazas traseras, dada su longitud.
El puesto de conducción es bueno. Como en otros coches de este tipo, los asientos no dan una gran sujeción lateral. La pantalla táctil me ha parecido muy práctica y fácil de manejar aunque, como ocurre siempre con este elemento, hace falta mirarla para poder manejarla bien.
Hay tres versiones: «Premiun», «Luxury» y «President» (diferencias de equipamiento en estas versiones). Tiene algunos elementos de equipamiento infrecuentes, como un sistema de ayuda para aparcar con cámara de televisión; un airbag para las rodillas situado bajo la columna de dirección (más necesario para el mercado americano, donde la gente utiliza menos el cinturón de seguridad); o un sistema de iluminación en curva.
No va a haber Diesel, pero está previsto para 2005 ó 2006 que Lexus ponga a la venta una versión de propulsión híbrida. Lexus tiene previsto vender 350 unidades en España este año.