El Infiniti Q50 es un turismo de cuatro puertas que por tamaño y precio queda situado por debajo de la otra berlina que Infiniti comercializa en España, el modelo Q70. Está disponible en dos versiones. La más económica tiene un motor Diesel de 170 CV y la más costosa es híbrida (tiene un motor de gasolina y otro eléctrico) de 364 CV. El Infiniti Q50 con motor Diesel es de tracción trasera y el híbrido se puede elegir con tracción trasera o total.
El Q50 Diesel cuesta 32 900 €, casi igual que un Audi A4, unos 1600 € más que un Volvo S60 y unos 1900 más que un BMW Serie 3, (listado ordenado por precio) con motores Diesel equivalentes. Un Q50 híbrido está a la venta desde 53 900 €.
Es de mayor tamaño que todos los rivales mencionados anteriormente —mide 4,78 metros de longitud, 1,82 metros de anchura y 1,44 metros de altura—. De hecho, por dimensiones está más cerca de modelos como el Mercedes-Benz Clase E y el BMW Serie 5. Por lo tanto, tiene buena relación entre tamaño exterior y precio. A pesar de esas dimensiones exteriores, el interior no es muy amplio para pasajeros, pero sí es suficiente para que cuatro adultos viajen con comodidad. El maletero tiene buena capacidad, 500 litros, aunque no es muy fácil aprovechar todo ese volumen por la irregularidad de sus formas.
La calidad de acabado es satisfactoria para el precio, que no es muy alto. El interior está recubierto con materiales de buen aspecto tanto a la vista como al tacto. También nos han parecido muy buenos los asientos delanteros porque el apoyo que dan a las piernas y a la espalda. La sensación de que está bien construido también se percibe en marcha, pues rueda con mucha suavidad, sin ruidos extraños aunque el asfalto esté en mal estado. En este Infiniti, los viajes son tan confortables como en los modelos equivalentes de BMW o Mercedes-Benz.
Si bien el ambiente interior es el propio de un coche de calidad, hay algunos detalles un poco peor resueltos que en la competencia. Por ejemplo, me parece que el Q50 queda descolgado por el sistema de entretenimiento, compuesto por dos pantallas a gran tamaño: los mapas del navegador tiene un aspecto anticuado y, a veces, las pantallas no responden con la fluidez deseada a las indicaciones con los dedos (esta falta de fluidez la hemos apreciado en los instantes después de poner el contacto o arrancar el motor).
De momento, el Infiniti Q50 que más hemos conducido ha sido el Diesel con cambio de marchas automático de siete relaciones. La combinación entre este motor y cambio (ambos de origen Mercedes-Benz) es buena en términos generales. El motor es áspero y ruidoso a ralentí y a baja velocidad, pero no lo es en absoluto a las velocidades normales fuera de la ciudad. El cambio de marchas elige una u otra relación con gran suvidad y con suficiente rapidez en una conducción normal.
Elementos de equipamiento
Sobre el retrovisor interior hay una cámara que hace funcionar los sistemas de alerta por cambio involuntario de carril y el de mantenimiento de carril («Active Lane Control»). Este último —solo disponible con la dirección eléctrica— actúa sobre las ruedas para mantener el coche centrado en el carril y también cuando detecta pequeñas modificaciones de la trayectoria derivados del cambio de superficie de la carretera o producidas por el viento lateral. También en opción hay un sistema de detección de objetos en el ángulo muerto y un dispositivo que, en maniobras, avisa e interviene sobre los frenos cuando hay riesgo de colisión con el tráfico que viene en sentido transversal (más información; es exclusivo de las versiones automáticas). El Volvo V40 tiene un dispositivo similar, con la diferencia de que no interviene sobre los frenos.
Otros elementos de equipamiento disponibles, de serie u opcionalmente, son el programador de velocidad activo, el sistema de alerta por riesgo de colisión frontal con ayuda a la frenada, el climatizador de dos zonas con purificador de aire, la conexión Bluetooth para teléfonos móviles y un sistema de cámaras que permite controlar todo el contorno de la carrocería, con detección de objetos móviles para evitar colisiones o atropellos a baja velocidad. La función «i-Key» permite almacenar en la llave las preferencias a un máximo de cuatro conductores. Así, es posible memorizar la posición de conducción, la temperatura ideal en el habitáculo y ajustes del sistema de sonido y navegación.
Como otros modelos japoneses, hay un sistema que anula el ruido de baja frecuencia en el habitáculo («Active Noise Control») emitiendo a través del sistema de sonido una onda inversa a la del ruido que se quiere eliminar.
El diseño se inspira, según Infiniti, en los prototipo Essence, Etherea y Emerg-e. Lleva diodos led en los faros, los pilotos y los intermitentes de los espejos retrovisores.
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