El Hyundai i10 es un buen coche para ciudad. Es agradable de llevar por la suavidad con la que se acciona el volante, los pedales y la palanca de cambios.
Aunque en la ciudad se desenvuelve muy bien, hay coches que tienen mejores cualidades para usar exclusivamente en este entorno. Por ejemplo, los Citroën C1, Peugeot 108 y Toyota Aygo, que miden unos 20 centímetros menos, caben en algunos sitios donde el Hyundai i10 no. El Renault Twingo, que mide prácticamente lo mismo que el Hyundai i10 es más manejable porque necesita mucho menos espacio para dar una vuelta completa (su diámetro de giro entre bordillos es 8,8 m; un metro menos de lo que necesita el i10).
El Hyundai i10 se puede elegir con tres motores de gasolina: 67, 87 y de 101 (este ha sido el último en llegar a la gama y el único con turbocompresor). Los dos primeros se pueden combinar con un cambio de marchas manual o automático. El de 101 solo tiene cambio manual.
El i10 con el motor de 84 CV permite circular con agilidad entre el tráfico. En los semáforos, si no está apagado por el sistema de parada y arranque automáticos, apenas se siente su funcionamiento porque se escucha poco y transmite pocas vibraciones. Su potencia es suficiente para circular por autovía al ritmo del resto del tráfico, siempre que no tenga grandes pendientes. En carretera de doble sentido hay que usar el cambio de marchas con frecuencia para que los adelantamientos no tomen demasiado tiempo. También hay que usar el cambio de marchas frecuentemente si la orografía es desfavorable. Este motor puede ser una buena alternativa para quien use el vehículo principalmente por la ciudad y haga viajes de vez en cuando (y esté dispuesto a usar el cambio de marchas cuando haga falta). Para viajar a menudo y si se da valor tener buena reserva de aceleración, es más probable acertar con el de 101 caballos.
El cambio automático no me parece recomendable para todo el mundo. En ciudad su funcionamiento pasa casi desapercibido, salvo en el momento de la arrancada porque hay que pisar con mucho tiento el acelerador para que no dé tirones. En carretera puede ser un estorbo cuando se necesita mantener un ritmo de marcha ágil ya que funciona con lentitud. Hyundai da un tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h de 12,6 segundos para la vesión manual y de 15,8 en el automático, una diferencia muy grande (ficha comparativa).
Según nuestras mediciones, el Hyundai i10 de 84 caballos con cambio automático ha necesitado un mínimo de 12,9 segundos para pasar de 80 a 120 km/h (peor tiempo del que obtuvimos con el KIA Picanto 2017 de la misma potencia y cambio manual). En esa aceleración (que simula un adelantamiento) hubo un cambio de marcha (de seguna a tercera) entre medias. Aunque el cambio automático haga al i10 algo más lento, quizá sea una buena opción para aquellas personas que no manejan bien y con agilidad uno manual.
Es un tipo de cambio automático de los que ya hay pocos: consiste en una caja manual a la que se han añadido automatismos para el embrague y la selección de marchas (más información sobre este tipo de cambio). Para el conductor es como cualquier otro cambio automático (no hay pedal de embrague y la palanca selectora tiene tres posiciones, D, N y R). Lo que más lo diferencia de los cambios más modernos y elaborados es que, si se acelera con cierta intensidad, cuando cambia a una marcha superior se produce un vaivén durante el desembrague y posterior reacoplamiento. Cuanto más pisa el conductor el acelerador, más vaivén produce el cambio de marchas.
El consumo el Hyundai i10 1.2 84 CV AT es normal. El dato que hemos obtenido entre repostajes ha estado entre un mínimo de 5,5 l/100 km (haciendo poca ciudad y el resto vías de circunvalación practicando una conducción suave) hasta unos 7,5 l/100 km por autopista y carreteras de montaña apurando de vez en cuando el motor. Como es normal en los coches pequeños de poca potencia, el consumo a velocidad sostenida por autopista no es particularmente bajo: nuestra unidad de pruebas gastó 6,4 l/100 km en el recorrido de referencia por autopista que completamos a una media real de 120 km/h. A 120 km/h sostenidos de marcador, lo normal es que el consumo esté sobre los 6,0 litros.
El Hyundai i10 invita a una conducción tranquila, en una medida parecida a otros muchos coches pequeños de potencia justa destinados principalmente a la ciudad y sus alrededores. Eso no significa que no se pueda conducir a ritmo elevado y con seguridad. Hemos comprobado que si se comete un error de conducción y hay que cambiar de dirección bruscamente, el coche no pone en aprietos al conductor.
La capacidad de frenada también es muy buena para un coche de este tipo: nuestra unidad ha necesitado 51,1 metros para detenerse desde 120 km/h. El Hyundai i10 que hemos probado tenía unos neumáticos Michelin Primacy 3 en medidas 195/45 R16 84V que son los más anchos disponibles para este coche.