El interior del Hyundai i10 está bien presentado y es amplio en proporción a sus dimensiones exteriores (caben holgadamente cuatro adultos de talla media, mediciones del interior). Lo mejor es el espacio disponible para las piernas de los ocupantes de las plazas posteriores, que es superior al de la mayor parte de los turismos de su tamaño (salvo excepciones como el Suzuki Ignis, que es un modelo más costoso).
En las plazas delanteras hay espacio de sobra para un conductor de menos de dos metros ya que el asiento puede ir alejado de los pedales y el techo queda lejos.
Hyundai ha distribuido los distintos mandos en el salpicadero de tal forma que son fáciles de encontrar y manejar. En todas las versiones (salvo el equipamiento Essence) hay una pantalla táctil de 8 pulgadas en el centro (compatible con Android Auto y Apple CarPlay). Con buen criterio, Hyundai ha mantenido unos botones físicos para acceder directamente a las funciones más importantes (imagen).
Los plásticos que Hyundai ha empleado en el salpicadero son sencillos y dan buena impresión tanto a la vista como al tacto. Son unas superficies de acabado mate que disimulan bien la suciedad, al contrario que los plásticos con acabado brillante que hay en muchos coches. Después de usar el i10 durante una semana sin un cuidado especial, todas las superficies parecían estar razonablemente limpias; ni se veía mucho polvo acumulado en ellas, ni había huellas de dedos sobre la pantalla del centro del salpicadero.
Los asientos de las versiones Style (imagen) son cómodos y tienen un relleno de espuma firme que no deja que el cuerpo se hunda mucho (no sé si las versiones básicas llevarán otros distintos). Los reposacabezas se pueden regular en altura y también en profundidad, con lo que hay muchas posibilidades de que quedan bien situados. Sólo hay un asidero de techo y es para el acompañante del conductor. En el lado del conductor no hay nada y, en las plazas posteriores, hay unos ganchos pequeños
En las plazas delanteras hay suficientes huecos para depositar objetos y la mayor parte de ellos quedan a mano (por ejemplo son muy prácticos los que hay entre los asientos delanteros, imagen). En la versión tope de gama hay una superficie de recarga inalámbrica para el teléfono móvil justo por delante del cambio de marchas (imagen).
La visibilidad es buena en términos generales. En algunos giros cerrados a izquierdas —habituales en las ciudades— el montante izquierdo del parabrisas me ha molestado ocasionalmente. Hacia detrás y en tres cuartos se ve razonablemente bien, aunque la cámara de aparcamiento (de serie en la mayor parte de versiones) ayuda bastante en las maniobras.
El climatizador (imagen) es capaz de mantener bien la temperatura seleccionada y, una vez que lo consigue, no hace mucho ruido y no genera corrientes incómodas en el interior.
El maletero tiene una capacidad idéntica al del modelo anterior, 252 litros, uno de los mejores entre los coches de este tipo y ligeramente superado por el de un KIA Picanto (255 litros) y por el de un Suzuki Swift (260 l). Listado, ordenado por capacidad de maletero de turismos de menos de 3,8 m. En las versiones más equipadas, el piso del maletero se puede colocar a dos alturas (imagen); si se pone en la superior, se crea un doble fondo donde poder guardar objetos no muy voluminosos.