Las unidades que hemos conducido del Kuga tenían todos los sistemas de ayuda a la conducción disponibles en este modelo.
La alerta por cambio involuntario de carril tiene capacidad para intervenir sobre la dirección. Gira el volante con mucha fuerza cuando se está cerca de las líneas de delimitación del carril sin haber puesto previamente el intermitente. Si se sueltan las manos del volante, corrige la dirección hasta tres veces para mantener el coche dentro del carril, pero a la cuarta vez ni corrige ni suena ninguna alarma para avisar al conductor de que se haga cargo del coche, a diferencia de lo que sucede en otras marcas, en las que una señal acústica y luminosa avisa para retomar el control de la dirección. Este sistema se puede configurar en tres niveles: desactivado, solo aviso por vibración y combinación de vibración más corrección automática de la trayectoria.
El sistema de alerta por colisión también es configurable, hay tres niveles de alerta. En el nivel de mayor intensidad avisa con demasiada frecuencia. Resulta incómodo, porque avisa en demasiadas ocasiones en las que no hay riesgo ni peligro. En el nivel de alerta mínima no me ha sonado en ninguna ocasión, incluso cuando me he acercado peligrosamente al coche que me precedía. Probablemente, el punto intermedio sea el que tenga mejor equilibrio. Este dispositivo está preparado para evitar una colisión con un vehículo que esté delante, pero no funciona cuando, por ejemplo, un coche se salta un «stop» y cruza perpendicularmente por delante del Kuga (como pudimos comprobar, afortunadamente, sin llegar a chocar).
El programador de velocidad activo mantiene la velocidad y la distancia de seguridad con el vehículo de delante (en varios niveles seleccionables por el conductor). A nosotros nos ha funcionado incluso conduciendo bajo una intensa lluvia. En vías de al menos dos carriles por sentido confunde, en muchas ocasiones, a los camiones que van por el de la derecha en las curvas a izquierdas como si estuviesen delante, con el consecuente e inesperado frenazo para el conductor, sus acompañantes y, lo que es peor, para el del vehículo que circula detrás del Kuga.
Es destacable el funcionamiento del sistema de aparcamiento semi-automático. Es capaz de aparcar el coche, sin que el conductor maneje el volante, en huecos en los que apenas sobra un palmo por delante y detrás del Kuga. El conductor debe manejar el acelerador y el freno y cambiar de marcha según las indicaciones que aparecen en la pantalla de la consola.
El sistema de detección de obstáculos en el ángulo muerto supone una gran ayuda y lo considero muy recomendable. En ocasiones da falsos avisos. Alerta de la presencia de vehículos (coches y motocicletas) mediante un punto amarillo en el correspondiente retrovisor exterior.