Es indicado para personas grandes por la altura que tiene delante , aunque la consola —voluminosa y desplazada a la izquierda— deja menos espacio que en otros coches. La anchura delante es bastante para que el pasajero no moleste con la pierna al cambiar, a no ser que su asiento esté muy adelantado (lo que no es recomendable).
Atrás es más estrecho que la media; quien necesite un coche de este tamaño para llevar a tres personas atrás, tiene mejores alternativas. Quien solo tenga que llevar a dos, sean adultos o niños, encontrará que el Fiesta es apropiado, porque el espacio para las piernas y la altura son más bien grandes. La longitud de los cinturones traseros es bastante para las sillas de niño más voluminosas. Los reposacabezas son buenos y tienen la interesante cualidad de que, por la forma que tienen casi obligan a colocarlos a la altura adecuada. El reposacabezas central es una opción que va conjuntamente con los airbags laterales y de cabeza.
El maletero es uno de los más amplios. El Citroën C3 tiene 305 litros y el Fiesta 284 (ambos según medida VDA). Ford dice que cabe «un» cochecito de niño (aunque no «cualquier» cochecito de niño). El maletero sólo se puede abrir con la llave o con un botón eléctrico en el interior. El respaldo trasero está dividido en partes (60/40), pero la banqueta no.
El puesto de conducción tiene varios inconvenientes. El que encuentro peor es que falta un lugar donde apoyar el pie izquierdo: o se lleva el pie por debajo del embrague (poco recomendable) o se apoya en el suelo con la rodilla muy flexionada.
El asiento está más bien alto con relación al suelo del coche (o a los pedales). Al margen de los gustos personales de cada uno, tiene el inconveniente de que el cinturón queda bajo incluso en su posición más alta. El manual del coche advierte que: «El cinturón de seguridad debe cruzar el centro del hombro». Para mí eso era imposible, pero sólo le ocurrirá a personas altas, o bien a las que vayan con el respaldo poco tendido.Este inconveniente se agrava porque el asiento de la versión que hemos conducido (Ghia) sujeta muy poco el cuerpo. La banqueta es blanda y el respaldo recoge muy poco la espalda, especialmente a la altura de los hombros. Como el puesto de conducción es más bien alto, no hace falta ir de carreras para que sea necesario apoyarse en la consola o en la puerta. Usar el volante como asidero no es muy recomendable, los brazos deben ir sueltos para que reaccionen con rapidez, si es preciso.
Tampoco me ha gustado parte de la instrumentación. Ford ha reemplazado los indicadores de aguja para el nivel de combustible por una escala poco visible, y para la temperatura del motor por algo que se parece más a un icono que a un termómetro de verdad. Tiene cinco posiciones, y dos de ellas son demasiado frío y demasiado caliente.
Un aspecto positivo del puesto de conducción, que para algunas personas puede hacer al Fiesta preferible al 206, al Clio, o al Ibiza, es que el volante no está demasiado inclinado. Sólo tiene ajuste vertical, no longitudinal, pero creo que está bien colocado longitudinalmente con relación a los pedales.
La ventilación me ha parecido muy buena. En carretera no es necesario conectar el ventilador para que entre suficiente cantidad de aire. Los aireadores del salpicadero tienen un tacto muy bueno y se pueden orientar de manera que no dé la corriente en la cara o en las manos.