La suspensión del Kalos es muy suave y aísla muy bien de las irregularidades de la carretera, lo que proporciona mucho confort a sus ocupantes.
Es mejor en las irregularidades largas, como lomos de la carretera o asfalto ligeramente hundido. A pesar de ser una suspensión suave, no deja oscilar mucho la carrocería después de pasar por un bache grande. En otros obstáculos donde la rueda se mueve verticalmente con rapidez, como las bandas sonoras de limitación de velocidad, se pueden vibraciones.
También es un coche muy satisfactorio por estabilidad. Los movimientos de la carrocería que pueda tener por causa de su suspensión blanda no afectan mucho a la trayectoria. Es fácil de guiar y responde bien a las solicitudes de los frenos y del volante, incluso en condiciones desfavorables como con suelo mojado.
Aunque normalmente es subvirador, entra bien en los virajes. Si hay deceleración grande en curva responde muy dócilmente cerrando la trayectoria, nunca es rápido ni brusco. El volante tiene un aro grande (38 cm de diámetro) y la dirección tiene un tacto bueno.
Sus distancias de frenado son normales y la resistencia al trato duro es suficiente para una circulación rápida.
El cambio de marchas responde bien en un uso normal, pero puede ser un poco lento e incluso duro si tratamos de cambiar con rapidez.
La versión más económica «SE» no puede tener ABS ni en opción, en el «SR» (como nuestra unidad de pruebas) es equipamiento de serie y muy aconsejable.