Según hemos medido con el Correvit, el Kalos no es un coche con unas prestaciones a la altura de los 83 CV que declara Daewoo. Acelera como un coche de unos 75 CV y recupera como uno de 60.
No es un coche pesado, de manera que la poca capacidad de aceleración se debe al motor. Le falta fuerza.
La causa de lo lento que es en recuperación, además del motor, es los largos desarrollos de transmisión; en quinta velocidad va a 35.8 km/h cada 1.000 rpm. La capacidad para acelerar o subir rampas en esa marcha es muy reducida; en condiciones normales es muy difícil pasar en quinta de 4.500 rpm (que equivale a unos 161 km/h). El salto entre cuarta y quinta es más bien grande; al cambiar, el régimen cae un 26 por ciento, algo más de lo normal entre esas marchas.
El margen útil del motor está entre 3.000 y 5.000 rpm. Por debajo de 3.000 no tiene mucha fuerza, por encima de 5.100 rpm comienza a hacer mucho ruido y a vibrar, aunque tampoco sube de vueltas con fuerza. Si en alguna maniobra comprometida es necesario apurar una marcha sin cambiar, hay que tener muy presente que el corte de inyección —que está a 6.400 rpm— es brusco en exceso y puede sorprender.
En un consumo mixto por ciudad y carretera a un ritmo tranquilo y apurando en pocas ocasiones las marchas ha gastado 8,5 litros cada 100 km. En un recorrido similar al anterior, pero conduciendo más deprisa en carretera ha gastado 9,1. En autovía apurando muy a menudo las prestaciones del coche, ha gastado 11,7 litros cada 100 km.