Por lo que he podido comprobar durante la toma de contacto con este modelo, su conducción es más satisfactoria que la de un Chrysler 300C. La suspensión es más firme y sujeta mejor la carrocería en los cambios de apoyo. La dirección tiene mejor tacto e inscribe al coche en las curvas con mucha más eficacia (el que he probado tenía neumáticos Khumo ECSTA KH11 de medidas 215/55 R18).
He podido conducir el Sebring 200C Sedan con los dos motores que están disponibles desde el principio, el gasolina de 156 CV y el turbodiésel de 140 CV. El primero está acoplado a una caja de cambios manual MP T355 de cinco relaciones; el otro tiene una caja Aisin BG6 de seis velocidades, también manual.
El gasolina sólo me parece interesante para quien valore una mayor suavidad de funcionamiento y una menor rumorosidad en ciudad o en carretera, donde no es particularmente silencioso.
Para conseguir mover con cierta agilidad los algo más de 1.500 kg que pesa este coche hay que recurrir con mucha frecuencia a marchas cortas; incluso haciéndolo no da la sensación de ganar velocidad con rapidez, aunque esto no lo sabremos con certeza hasta que midamos las prestaciones más adelante.
Según los datos que nos ha proporcionado Chrysler, con este motor el Sebring 200C Sedan alcanza 201 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 11,8 s, unas cifras peores que las de otros turismos de tamaño y potencia semejantes (tabla comparativa). El consumo medio es de 7,8 l/100 km, un valor bueno.
La versión Diesel es más satisfactoria desde un punto de vista dinámico. Aunque sus prestaciones son peores que las del de gasolina (tiene una velocidad máxima de 186 km/h y alcanza 100 km/h saliendo desde parado en 12,0 s), las dos unidades que he conducido con este motor me han parecido más rápidas que el de gasolina; el consumo medio es 6,2 l/100 km. En carretera el ruido puede llegar a ser molesto en viajes largos.
Los dos cambios de marcha tienen un tacto semejante. Las marchas se seleccionan con precisión y rapidez pero hay que hacer más fuerza de lo normal para accionarlas.