En el interior se aprecian materiales con aspecto de calidad, con buenas terminaciones. No sé, no obstante, si la probabilidad de tener averías es mayor o menor que en otros coches, ni si va a envejecer satisfactoriamente.
Tiene detalles que muestran el esmero con que Alfa Romeo ha tratado el 147: la guantera tiene un sistema de apertura muy bueno y todo el interior está tapizado cuidadosamente; todas las palancas y ruletas que sirven para regular los asientos y el volante funcionan perfectamente y tienen un buen tacto; los mandos para regular luces, sistema de ventilación y otros mandos auxiliares son muy agradables y precisos; el tapizado del techo está muy cuidado así como el de los asientos; el maletero tiene un gancho para colgar bolsas y tiene dos agarraderas para cerrarlo; el capó se levanta mediante muelles. Con la opción de navegador se pierden dos reposabotes y un útil cajón.
Los asientos están muy elaborados y son grandes, pero son más bien blandos; puede ocurrir que el conductor se mueva a menudo y no obtenga la posicion adecuada. Esto último le ocurre a mis compañeros de km77 (a mí en menor medida). En cualquier caso, «probarse» el asiento es una de las cosas que no se pueden olvidar antes de comprar el coche.
La habitabilidad es satisfactoria para cuatro personas. El 147 falla por anchura en las plazas traseras, por lo que un quinto ocupante empeora más de lo normal la situación. Las puertas traseras son un poco pequeñas en longitud y puede ocurrir que las personas con menos movilidad encuentren problemas para entrar.