El Citroën Cactus es un prototipo que se presenta en el Salón de Fráncfort de 2013 y que según Citroën «anticipa [el concepto y el diseño] de los futuros modelos de la marca [excluidos los Citroën DS]». Además, el Citroën Cactus también anticipa un modelo que aparecerá en febrero de 2014, el Citroën C4 Cactus, y que tendrá un aspecto muy similar al prototipo.
Explicar el concepto y el diseño de los futuros modelos de la marca no resulta sencillo, porque las explicaciones de los diseñadores concretan poco y generalmente dos coches totalmente diferentes son explicados de forma muy similar.
Las frases de Citroën que mejor definen el concepto y el diseño de los futuros modelos de la marca son:
«Desprenderse de todo lo superfluo, de lo accesorio, para centrarse en lo que aporta el máximo valor para disfrutar a bordo. Se trata d eun nuevo concepto, que une el bienestar de uso, el confort de todos los ocupantes del vehículo, y tecnologías prácticas, intuitivas y fáciles de usar». A mi juicio, cualquier fabricante, incluido Citroën, podría decir esto o algo muy parecido de cualquiera de sus modelos. De hecho, muchos de ellos, incluido Citroën, lo dicen, de una forma u otra.
«Búsqueda continuada de volúmenes armoniosos y eficientes hasta en los más pequeños detalles. Quedarse con lo esencial y optimizarlo para alcanzar una forma de perfección natural es la estrategia que hay detrás de este concept-car. Olvidar códigos automovilísticos tradicionales para explorar soluciones ingeniosas que aportan grandes ventajas».
En el blog Teletransporte intento explicar qué he entendido de la estrategia futura de producto de Citroën. Lo que yo he entendido soy capaz de resumirlo así: Se trata de coches con estilo IKEA. Sencillos, basados en el principio de «menos es más», funcionales, chic y a un precio competitivo.
El Citroën Cactus mide 4,21 metros de longitud, 1,75 metros de anchura y 1,48 metros de altura sin las barras del techo. Con las barras 1,53. La distancia entre ejes es de 2,61 metros, idéntica a la de un Citroën C4. En principio, por tanto, parece que el nuevo Citroën C4 Cactus no utilizará la nueva plataforma del C4 Picasso, que se fabrica en la factoría de Vigo, y que es una plataforma modular pensada para ser utilizada en todos los futuros modelos de tamaño medio y grande de la gama. En la presentación, los responsables de Citroën se negaron en redondo a dar ningún dato sobre el C4 Cactus, por lo que la afirmación anterior no es más que una suposición.
En el prototipo no hay montante central, pero en el modelo de serie sí existirá este montante. Por tanto, esa visión de «techo flotante», como denomina Citroën al techo del Cactus, será diferente.
Lo que sí se mantendrá prácticamente idéntico son los paneles presentes en los laterales y en los paragolpes. Estos paneles, probablemente el aspecto más llamativo del coche, rompen la pureza de líneas a la que apela Citroën. Estos paneles, que Citroën denomina «Airbump» (imagen) son paneles protectores, formados por bolsas de aire y que, además de darle un aspecto peculiar al coche, sirven para proteger contra pequeños impactos como golpes de puertas de otros vehículos y pequeñas rozaduras producidas por objetos metálicos. En la presentación nos hablaban de carritos de supermercado cargados de baterías. Su utilidad práctica es imposible de juzgar. Pregunté por su peso, por cuánto peso añaden al coche, pero no me dieron ninguna cifra. Aun así, el diseñador Frédéric Duvernier me aseguró que el C4 Cactus será un coche muy ligero.
Una de las soluciones que me han parecido más imaginativas de las que tiene este prototipo y que serán aplicadas exactamente igual en el coche de serie es que el airbag del pasajero va situado en el techo en lugar de en el salpicadero. Con esta medida, según nos han contado en Citroën, se consigue ofrecer más espacio en el salpicadero y reducir el peso del conjunto.
Otras características del prototipo, como las cerraduras, la banqueta corrida delantera, la ausencia de cristales y los materiales empleados no se trasladarán de forma idéntica al modelo de serie, si bien “el espíritu de la mayoría de ellas” se mantendrá.
En el salpicadero, al igual que en el Citroën C4 Picasso, se eliminan los botones y se sustituyen por pantallas táctiles. La disposición de las pantallas, al menos en el prototipo, es diferente a la del C4 Picasso.