Existe una cultura automovilística. Desde luego no es tan antigua como la de la caza, pero tampoco es tan moderna como la de la informática. Al igual que otras, tiene su lenguaje, su orden metafórico, sus reglas, sus normas de buena conducta... Por cierto, un mayor desarrollo de éstas haría innecesarias cantidad de leyes y normas de conducción. "Pinchar", "fundir biela", quedar "el chasis y la corneta", "pasarse de revoluciones", etc. son algunas de las "figuras retóricas" que el automovilismo ha aportado al lenguaje.
El automovilismo tiene un lugar en la cultura. ¿Por qué entonces hay tanta incultura automovilística? Parece que también en este terreno se ha extendido la convicción de que la cultura es "carca". Extraño fenómeno, local, hay que subrayarlo, ya que en otros lugares se ha dejado a los "carcas" el extraño privilegio de la mala educación, incluso de la torpeza.
Hoy, que la "derecha es progre" (lo leí en el País), quizá podamos dejar de lado todos esos "rollos" y dejar de comportarnos (de derechas, de izquierdas y de centro, etc.) como unos paletos (con perdón de estos). Cuando uno ve un Audi (o un Volvo, o un ... lo que sea), por una moderna autopista de tres carriles, ir orondamente por el centro no puedo dejar de pensar que su conductor se bajó ayer del carro que, efectivamente, el burro tiraba por el centro del camino, aprovechando las roderas, más duras, que hacían la faena más liviana.
Cuando veo un coche parado en doble fila, el conductor charlando con un vecino (a los gritos, claro), esbozo una sonrisa pensando en la escena como de una vieja película "española" (también podría ser Italiana, claro, pero qué importa); lo que desentona es el coche, se impone, insisto, un carro.
Un señor alemán había logrado una generalización al respecto. Decía que en España la prioridad la tiene el que se detiene, contra la norma general que indica que la prioridad ha de ser dejar libre el paso. Quizás es cierto. ¿No ocurre lo mismo con los peatones? ¿No se reúnen para el "cotilleo" en mitad de la acera, delante de una puerta, de ser posible?
Con frecuencia se reclaman normas leyes y decretos. Reclamamos buena educación.
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