El Xpeng G6 es un SUV de cinco plazas con un habitáculo muy amplio en el que la ausencia de mandos físicos es su característica más aparente. En esto se asemeja a su rival principal, el Tesla Model Y, aunque con alguna diferencia que comento más abajo. Y como ocurre en el Tesla, esa simplicidad traslada orden y una sensación de tranquilidad al conductor.
La amplitud de su habitáculo sorprende para bien, una tónica que se repite en varios SUV chinos que estamos probado últimamente, como el BYD Seal U y el Leapmotor C10. En el G6, una persona de metro noventa y cinco cabe perfectamente en las plazas delanteras o traseras sin que su cabeza roce con el techo. Tampoco hay problema para sus piernas, que cabrán tanto delante como detrás aunque ambos asientos estén ocupados por pasajeros de esa estatura. La cota de anchura es más parecida a la media.
La postura de conducción no es ni muy erguida ni muy estirada. El asiento está más alto que en un turismo, pero no mucho más, lo suficiente para que entrar y salir del coche sea cómodo. El conductor puede regular su asiento eléctricamente con los ajustes convencionales, no hay posibilidad de aumentar la superficie de la banqueta ni de modificar el apoyo lateral. Lo que se puede regular se hace desde unos mandos en la base del asiento (imagen) o, también, desde un menú de la pantalla. Los asientos son amplios y dan un confort normal.
Conductor y pasajero van separados por una consola relativamente alta y plana, en la que hay un cajón profundo (el único hueco con tapa porque no hay una guantera), dos portabebidas y una superficie doble de recarga inalámbrica (imagen) que, a diferencia de otros coches, es capaz de cargar el móvil a mayor velocidad que a la que se descarga cuando se conecta inalámbricamente —Android Auto o Apple CarPlay— al sistema multimedia gracias a que está ventilada (con una salida de aire que refrigera el móvil durante la recarga).
Bajo esa superficie hay un espacio (imagen) donde cabe un bolso que no sea muy grande y que tiene unas pequeñas paredes laterales que evitan que si se deja algo pequeño pueda salirse en las curvas. Esa zona está tapizada para evitar ruidos. Ahí abajo es donde XPENG ha colocado las tomas USB.
A las plazas traseras se accede a través de unas puertas de buen tamaño que, cuando se abren, dejan un vano amplio. En estas plazas, como ya he comentado, hay mucho espacio en todas las direcciones excepto en anchura, que es normal. El piso es plano, no hay nada que moleste para colocar los pies o pasar de un lado al otro. Estos pasajeros tienen otras dos tomas USB, salidas de aire en la consola y bolsas en las puertas y los respaldos delanteros.
La iluminación interior es escasa, principalmente en esta parte trasera del G6. Como buen coche chino, la iluminación ambiental tiene varios colores y puede ir cambiando al ritmo de la música, pero no es un sistema complejo, tan solo hay una tira de luz muy discreta en el salpicadero. Ni en las puertas ni en las zonas de los pies hay luz.
El maletero tiene 571 litros de capacidad teniendo en cuenta el amplio espacio que hay bajo su piso (imagen) y que está tapizado como el resto. Este hueco puede utilizarse para guardar el cable de recarga, dado que el G6 no tiene un segundo maletero delante. La zona principal de carga es ancha y profunda, pero hay poca altura —39 cm— hasta la cortinilla que oculta el equipaje (imagen).
Los acabados son más que correctos y no desentonan con el precio del coche. Al presionar intencionadamente sobre la pantalla central, la consola o los paneles de las puertas, no se oyen ruidos ni las piezas ceden. Pero hay detalles mejorables, como que los paneles de las puertas delanteras no ajustan contra el salpicadero de manera homogénea en cada lado. La sensación de calidad de materiales, sin ser extraordinarios, es mayor que la que ofrece un Volkswagen ID.4 o un Tesla Model Y. El habitáculo —salpicadero, paneles de puestas y consola— están recubiertos con algunos plásticos blandos (zonas superiores), algunos duros, textiles y cuero artificial.
El techo es un cristal que cubre todo el habitáculo. No tiene cortina ni ningún sistema de oscurecimiento. Como hemos probado el coche en invierno y durante días nublados no podemos hacer ninguna apreciación sobre cómo filtrará el calor en verano.
Como otros coches orientales, el G6 tiene algunas cosas curiosas pensadas para pasar rato dentro de él con el coche detenido, como unos programas de relajación o la posibilidad de abatir los asientos para crear una superficie más o menos plana (imagen) sobre la que colocar un colchón.
Pantallas
En el centro del salpicadero hay una pantalla dispuesta horizontalmente y ningún botón, como en el Tesla Model Y. Lo que distingue a ambos es que tras el volante, el XPENG G6 tiene una segunda pantalla en la que se muestra la información principal de la conducción.
Los únicos botones que hay en el interior están en la puerta —son los de los elevalunas; imagen— y en el volante (imagen). En este hay dos grupos, uno a cada lado. Los del derecho siempre sirven para manejar el equipo de sonido, los de la izquierda tienen dos funciones diferentes: normalmente actúan sobre el climatizador (se puede ajustar la temperatura y cambiar el caudal del aire), pero si se activa el programador de velocidad, los mismos botones permiten regular la velocidad y la distancia con el vehículo precedente. Tan solo hay una función que se conserva en ambos casos: una pulsación prolongada de la rueda izquierda da acceso a la selección de información que se muestra en el cuadro (ejemplos).
La pantalla central aglutina el manejo de todo lo demás (ejemplos). Los menús tienen una estructura lógica, pero la cantidad de opciones es muy grande, con lo que requiere un periodo de aprendizaje si no se quiere perder mucho tiempo y distraerse al usarla. Para facilitar el manejo tiene una zona inferior configurable a voluntad donde se pueden poner accesos directos.
Como es habitual en los coches que vienen de China, hay algunos errores de traducción en los textos. Son pocos (por ejemplo, pone modo «Deporte» en vez de «Deportivo»), pero hay uno que es desconcertante (pone «Cortocircuito del volante» en vez de Atajos). Y también es habitual en los coches chinos que la radio no funcione como esperamos en Europa porque, en este caso, no existe la función RDS que muestra los nombres de las emisoras, así que al seleccionarlas sólo se ve la frecuencia.
En ambas pantallas es posible visualizar una representación gráfica del entorno (los carriles y los vehículos que nos rodean). Me ha llamado la atención que en esa pantalla se muestran detalles como las luces de freno de los otros vehículos e incluso los intermitentes, algo que no había visto en otro coche de los que he probado.