Hemos recorrido más de 24.000 kilómetros con nuestro Volkswagen Golf.
Detalles sobre el uso
Por ahora ha consumido aproximadamente la mitad del aceite que hay entre los niveles máximo y mínimo de la varilla (según el manual, la capacidad entre estos dos niveles es de algo más de un litro). Es decir, si sigue a este ritmo, llegaremos a la primera revisión (30.000 km) sin tener que reponer aceite.
El líquido de frenos sigue en el nivel que tenía cuando nos lo entregaron, y el del anticongelante permanece estable desde que lo repusimos hasta su nivel máximo; cuando nos entregaron, el coche el nivel estaba entre el máximo y el mínimo, y hemos añadido varias veces pequeñas cantidades (250 ml en total).
Los surcos de los neumáticos (Hankook Ventus Prime con medidas 205/55 R16 91) tenían algo más de 7 mm de profundidad cuando eran nuevos. A los 16.750 km quedaban 4 mm en los delanteros y 6 mm en los traseros, así que los rotamos tal y como indica el manual (los de cada lado entre sí). Si no los hubiéramos rotado, los neumáticos delanteros habrían llegado al desgaste máximo permitido (1,6 mm de profundidad del surco) antes de los 30.000 km; consideramos que es un desgaste rápido, para el uso que estamos haciendo de ellos. Tenemos intención de probar diferentes marcas y modelos de neumáticos, para poder comparar sus características y duración en el Golf.
Según nuestras mediciones, con los neumáticos a medio uso y las presiones recomendadas por el fabricante, el cuentakilómetros tiene un error aproximado de un 2% por exceso; es decir, cuando se recorren 100 km el cuentakilómetros registra 102.
El velocímetro digital, que se puede mostrar en la pantalla que hay entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones, es más preciso que el analógico: el digital tiene un error por exceso de aproximadamente el 8% y el velocímetro de aguja marca alrededor de 2 km/h más que el digital. Aquí puede verse una tabla con velocidades reales y las que marcan estos dos instrumentos.
El dato de consumo del ordenador de viaje tiene un error del 3% por defecto con respecto a los litros de gasolina que han registrado los surtidores de las gasolineras donde hemos repostado. En el historial de consumo se puede consultar el consumo acumulado que llevamos en la prueba y el consumo que hemos obtenido en algunos recorridos representativos.
Cuando tenía 10.500 km, al arrancarlo después de estar parado toda la noche, el ralentí era inestable y en el cuadro de instrumentos el testigo EPC permanecía encendido y el testigo de gases de escape parpadeaba. Según el manual, el símbolo EPC encendido significa «avería en la gestión del motor» y el parpadeo del otro testigo significa «fallos en la combustión». Decidimos parar el motor y volver a ponerlo en marcha. Seguía sucediendo exactamente lo mismo; al cabo de unos segundos y sin motivo aparente, el ralentí se estabilizó en su velocidad normal y los testigos se apagaron. Después de aquello, hasta ahora no ha vuelto a suceder nada parecido.
En esta prueba de larga duración estamos utilizando el equipo de diagnóstico The_Box, de la empresa Berton, para comprobar el estado de los sistemas electrónicos en caso necesario. Cuando se dio este problema aún no teníamos el equipo, pero los expertos de Berton examinaron nuestro Golf y comprobaron que no había ninguna avería registrada; todo parece indicar que fue un fallo esporádico que provocó la mala combustión en alguno de los cilindros.
Dos piezas de plástico se han roto o desprendido: una, el embellecedor del antiniebla delantero derecho en su parte exterior (imagen), que un día al frotarlo con la esponja de lavado se desencajó de su posición normal, como si no estuviera bien montado. A partir de entonces, esa pieza no está bien sujeta. Otra, el plástico derecho de la consola, que se desprendió de su posición (imagen).
Parte de la zona blanca de la matrícula delantera se está despegando (imagen); en breve uno de los números ya no será legible, así que tendremos que sustituirla.
Durante las primeras semanas, varios conductores advirtieron que el portagafas que está detrás de los plafones de iluminación del techo (imagen) se abría solo, sin que nadie pulsara el botón. Ocurrió en varias ocasiones, pero hace ya varias semanas que no ha vuelto a suceder.
Decidimos acudir a un concesionario oficial para exponerles, antes de la primera revisión, los fallos y pequeños problemas que habíamos detectado. Concertamos una cita —como siempre, sin identificarnos— con Santano Automoción, en Cáceres. Nos atendieron muy correctamente por teléfono y nos dieron cita para dos días después, el 13 de mayo, a las 9,30.
Llegamos con cierta antelación a la cita, y enseguida el encargado nos atendió y tomó nota de los problemas: el fallo de los testigos EPC y mala combustión, el plástico del antiniebla, el plástico desprendido de la consola central y la mala iluminación de los faros (todos los conductores que han circulado por carreteras sin iluminar coinciden en que alumbran muy poco). Nos ofrecieron un servicio de transporte gratuito hasta el centro de la ciudad (este concesionario está en un polígono industrial en las afueras).
A pesar de que insistimos en que nos interesaba recogerlo lo antes posible, nos lo devolvieron después de siete horas. El embellecedor del antiniebla tiene una pestaña rota; como no tenían la pieza, no pudieron reponerla ese mismo día. La pieza de plástico de la consola central volvieron a sujetarla en su sitio, aunque el soporte donde se apoya el tornillo tiene un fisura; de momento, no se ha vuelto a desprender. Nos dijeron que habían ajustado los faros, porque «apuntaban un poco abajo» y nos informaron de que el fallo del EPC era un fallo puntual sin importancia, que no tenía registrada ninguna avería y que habían hecho un «ajuste básico» de la electrónica.
Seguimos notando que los faros alumbran poco y el haz tiene un alcance muy corto, así que probaremos a instalar otras bombillas o hacer más ajustes, para ver si conseguimos aliviar el problema.