La carrocería del Splash es muy alta, lo que favorece que el acceso al interior sea muy cómodo porque hay que flexionar muy poco el tronco. Una vez dentro, también da una sensación muy favorable de espacio porque el techo queda lejos de los ocupantes (sean éstos de la talla que sean).
Por anchura y espacio longitudinal, sin embargo, no es un coche especialmente amplio, pero sí lo es mucho más que un Peugeot 1007. No obstante, es muy adecuado para llevar dos ocupantes en las plazas traseras porque hay suficiente espacio, la banqueta trasera es cómoda y los reposacabezas son grandes y pueden quedar muy bien colocados.
Como los pedales quedan muy cerca del volante, el puesto de conducción se adapta mucho mejor a personas de estatura pequeña, que a las grandes. Dentro de las personas de estatura pequeña, es mejor para las mujeres que para los hombres.
Una persona que roce el 1,80 m (o incluso algo más baja), notará que si se coloca a la distancia correcta del volante, tiene que llevar las piernas flexionadas en un ángulo de unos 90º. En parte, los pedales quedan cerca del volante porque éste no tiene regulación en profundidad.
Repartidos por el interior hay bastantes sitios para dejar y guardar objetos: un compartimento con tapa encima de la consola central, bolsas en los respaldos de los asientos delanteros, portabotellas en las puertas y cajones bajo los asientos delanteros, entre otros.
Dado que es un monovolumen, la mayor carencia desde el punto de vista funcional es que los asientos traseros del Splash no pueden regularse longitudinalmente. Otros modelos semejantes —como un Renault Twingo y un Toyota Yaris— sí tienen asientos traseros deslizantes, lo que permite configurar el espacio destinado al maletero y a los ocupantes traseros. Los asientos traseros pueden abatirse fácilmente para así ampliar el tamaño del maletero (imagen).
En el maletero de las versiones «GLS» hay un doble fondo con 36 l de capacidad (imagen). En función de si tiene o no dicho compartimento, el volumen del maletero varía entre 178 y 202 l (en todo caso, no es mucho).
El salpicadero, los asientos y el recubrimiento de las puertas se pueden elegir en varias tonalidades, a juego con el color de la carrocería. El cuadro de instrumentos está colocado tras el volante y las versiones «GLS» tienen un cuentavueltas sobre el salpicadero (muy útil para aprovechar bien el motor).
El aire acondicionado del Suzuki Splash tiene una gran capacidad para enfriar el habitáculo en un tiempo reducido. El buen funcionamiento de este elemento es de principal importancia en un coche con tanta superficie acristalada.
La calidad de acabado del Splash es correcta en función de lo que se paga. Todos los plásticos del interior son duros, pero suaves al tacto, están muy bien ajustados y dan sensación de solidez. Tiene buenos detalles, como topes de goma en la tapa del cajón del salpicadero para que ésta no haga ruido cuando se baja.