Uno de los aspectos que más destacaban en el anterior Impreza GT 2.0 Turbo es la desbordante energía de su motor bóxer de cuatro cilindros 2.0 16V con turbocompresor y 218 CV de potencia. Por este motivo, no ha sido necesario recurrir a uno diferente. Motor hay más que suficiente, simplemente han tenido que realizar algunas modificaciones para reducir el nivel de emisiones contaminantes y poder así cumplir la normativa Euro 3. Para ello Subaru ha colocado una válvula (denominada TGV) en cada uno de los colectores de admisión, que limita la entrada de aire cuando el coche está frío (a través de una mariposa). También ha cambiado la situación del catalizador, ahora de menor tamaño y colocado entre el colector de escape y el turbo. Esto reduce el tiempo de calentamiento del catalizador, pero aumenta el retraso de respuesta del turbo.
Estos cambios han obligado también a incrementar el tamaño del intercooler para compensar las limitaciones a las que se ha sometido el motor al tener que reducir las emisiones contaminantes. El resultado final parece satisfactorio, puesto que se ha mantenido la misma potencia, 218 CV, y se ha elevado ligeramente el valor de par, de 290 Nm a 4.000 rpm hasta 292 Nm a 3.600 rpm.
Sin embargo, en nuestra primera toma de contacto nos ha parecido que el anterior Impreza GT empuja más que el nuevo Impreza WRX. El nuevo modelo es más progresivo y la «patada» del turbo no es tan espectacular como en el Impreza anterior. La sensación, por lo tanto, es de que corre algo menos, aunque las prestaciones homologadas sean similares (0 a 100 km/h en 6,2 seg). He hecho una pequeña medición con cronómetro (no con nuestro equipo de medición habitual) y efectivamente el antiguo Impreza parece más rápido. En una recuperación de 80 a 140 km/h en 4ª, el Impreza WRX Sedan ha empleado 10,6 segundos, el WRX Sport Wagon 10,8 segundos y el anterior Impreza GT 2.0 T Sport Wagon tan sólo 9,1 segundos. Estos datos no son precisos, pero pueden dar una idea de la diferencia existente entre el nuevo Impreza WRX y el anterior Impreza GT. De lo que no cabe duda es de que el motor sigue siendo potente y empuja con mucha energía.
Otro aspecto que se ha reducido es el ruido. En el modelo anterior se escucha más el agradable sonido de su motor boxer, mientras que el nuevo Impreza es más silencioso. A los más «racing» seguro que les seducía escuchar el característico sonido del motor, pero en el uso habitual es más confortable disfrutar de un mayor silencio interior.