El único motor disponible en la presentación era el nuevo 2,7 Xdi Diesel de inyección directa, en versiones manual y automática y con los dos sistemas de tracción disponibles (conectable o permanente).
A pesar de sentirse en todo momento como un coche pesado, el motor mueve con soltura al Rexton. En carreteras de doble sentido permite adelantar con solvencia y en autovía gana velocidad sin problemas incluso a velocidad por encima de la permitida en España.
El cambio manual es preciso pero los recorridos de la palanca son largos. En cambios a cuarta velocidad la palanca quedaba en una posición muy atrasada, al menos desde mi posición de conducción. El automático que pude probar es el Mercedes de 5 relaciones. Tiene una rejilla escalonada y permite seleccionar manualmente las marchas desplazando transversalmente la palanca desde la posición D.
Los cambios son suaves en ambos modos de funcionamiento, pero se hacen lentos cuando trabaja en modo automático y tiene un tiempo de respuesta elevado cuando se ordenan manualmente. En modo manual cambia a una marcha superior una vez superado ampliamente el régimen de potencia máxima.
Las suspensiones están más orientadas a su uso en campo que en carretera. En terreno bacheado absorbe bien las irregularidades, aunque se perciben ciertos movimientos laterales de la carrocería. Con unas ruedas más pensadas para su uso en carretera mantenía una capacidad de tracción suficiente, aunque el ESP se muestra bastante sensible en esas circunstancias. En varias curvas muy cerradas tomadas a velocidad adecuadamente reducida, el avisador acústico anunció su actuación, aunque no fui capaz de percibir ningún efecto sobre la trayectoria del vehículo.
En carretera a elevada velocidad es cómodo, aunque mejoraría con un balanceo algo más limitado. En carreteras con curvas se produce un cierto cabeceo que impide disponer de una precisión de trayectoria óptima.
En todo caso no es un coche que genere problemas, resulta cómodo en casi cualquier circunstancia y permite viajar a cruceros elevados.
El aspecto interior es agradable. Aunque la unión de diferentes piezas deja separaciones más grandes que en otros modelos más caros, algunos botones (como los que permiten seleccionar el modo de tracción) tienen un tacto mejorable y predominan los plásticos duros, no se perciben ruidos provocados por el salpicadero en zonas de firme irregular. Sí se escucha con claridad el ruido del turbocompresor, con un perceptible seseo que acompaña a todas las maniobras de fuerte aceleración.
La forma del salpicadero es la misma que en el modelo hasta ahora a la venta, salvo por la instrumentación. La información que da no varía, pero ahora el velocímetro, con fondo gris, es el reloj más grande y ocupa la zona central, dejando a sus lados el cuentarrevoluciones y los indicadores de nivel de combustible y temperatura del agua.
El recorrido de prueba no transitaba por zonas que ofrecieran una excesiva dificultad y el terreno se encontraba casi completamente seco, por lo que no pude constatar diferencias entre los dos sistemas de tracción.