El interior del Korando no es lujoso pero tiene un acabado correcto y transmite sensación de solidez. Los plásticos que recubren el interior son duros, pero parece que están bien rematados y que pueden resistir bien el paso del tiempo.
Los asientos delanteros me han parecido buenos. Su mullido, ni duro ni blando, da un apoyo muy bueno a la espalda y a las piernas. Lateralmente sujetan bien. Los resposacabezas tienen una regulación que permite acercarlos mucho a la cabeza —lo más seguro en caso de accidente por alcance—.
La consola me parece muy funcional pues sus mandos se encuentran con facilidad y tiene muchos sitios de diverso tamaño para vaciarse los bolsillos. No todos los huecos están tapizados o llevan una alfombrilla antideslizante, pero eso tampoco lo tienen la mayor parte de sus alternativas. Hay un gancho muy útil para colgar bolsas a la altura de la rodilla izquierda del acompañante del conductor (imagen) y otros dos detrás de los respaldos de las plazas delanteras (imagen).
Tiene pequeños fallos de equipamiento. Por ejemplo carece de termómetro, el ordenador de viaje solo tiene un parcial de consumo y el maletero no está iluminado. Hay un plafón en el techo detrás de las plazas posteriores, pero no alumbra el maletero si la bandeja que lo cubre está colocada en su sitio.
El libro de usuario del Korando está muy mal traducido —al menos el de nuestra unidad de prueba tenía expresiones y palabras que no son propias del español utilizado en España—. Otras curiosidades que he encontrado en el manual es que sólo da un valor de presión para las ruedas; no distingue en función de la carga y esa presión viene en «PSI» —«pounds per square inch» o libras por pulgada cuadrada—. En el manual no he encontrado ninguna referencia a cómo se conecta por Bluetooh el teléfono móvil al coche. Sí la hay en el caso de optar por el navegador con DVD opcional, que tiene su propio libro de instrucciones.
Las plazas traseras del Korando son más espaciosas que las de sus alternativas más directas, a excepción de algunos como el Toyota RAV4. La ventaja que tiene el Korando respecto a un Mitsubishi ASX, un Nissan Qashqai o un Ford Kuga es evidente en el espacio disponible para las piernas de los ocupantes de las plazas posteriores y en menor medida en la anchura entre puertas (tabla comparativa). A pesar de esa ventaja de anchura, el Korando no tiene sitio suficiente para los hombros de tres adultos. Además, la plaza central es más dura e incómoda que las otras dos.
El respaldo de las plazas traseras se puede regular en varias posiciones de inclinación (imagen). Si se coloca casi perpendicular queda un hueco sin cubrir entre la cortinilla del maletero y la parte superior de los respaldos. En su posición más tendida puede ser algo incómoda para los pasajeros traseros.
Maletero
Tiene un volumen de 486 litros, que es un buen dato. Es de mayor capacidad que el de un Renault Koleos, un Mitsubishi ASX o un Toyota RAV4. Ese volumen no incluye la capacidad del doble fondo (imagen).
La rueda de repuesto es de emergencia: tiene el mismo diámetro que las otras cuatro pero es más estrecha (imagen). El maletero tiene todos los dispositivos necesarios, tales como argollas, ganchos y redes, para facilitar el transporte de objetos pero carece de un plafón de iluminación.
Si se necesita ampliar el espacio de carga es posible plegar el respaldo de los asientos traseros. E suna maniobra que se realiza con gran facilidad. Queda una superficie de carga completamente enrasada con el maletero (imagen). El Korando no dispone de fijaciones en el techo para colocar una red que separe la carga de los ocupantes de las plazas delanteras cuando las posteriores se usan para cargar objetos. Es decir, si hay una colisión por alcance es posible que la carga entre en el lado de los ocupantes.