La gama 2003 del Smart tiene modificaciones que pueden resolver algunos inconvenientes que tenía anteriormente este modelo, principalmente una suspensión dura y un cambio automático lento.
La segunda generación del Smart (cupé o cabrio) tiene de serie control de estabilidad. El sistema de seguridad que tenía hasta ahora era un control de tracción (llamado «Trust Plus»), muy necesario sobre suelo deslizante por ser un tracción trasera con la mayor parte del peso también sobre el eje trasero. El Smart tuvo problemas de estabilidad que obligaron a hacer cambios en la suspensión y la transmisión en 1999.
Integrados en el control de estabilidad hay otras funciones: el servofreno de emergencia, el sistema anticaída (que facilita el arranque en rampas), el control de tracción, el antibloqueo de frenos y el repartidor electrónico de frenada.
Al ponerle control de estabilidad y hacer un coche más seguro, Smart ha podido reducir la dureza de la suspensión, que necesitaba ser así de dura para evitar problemas de posibles vuelcos como los que tuvo inicialmente el Clase A.
Los motores de gasolina cambian para que ganen potencia y para que cumplan las emisiones que fija la norma Euro 4. Ahora tienen una cilindrada mayor, 698 cm³ en lugar de 599 cm³ (aumentan el diámetro y la carrera). La presión máxima en la admisión es 1,5 en el motor menos potente y 1,8 en el otro; ya no existe a función de sobrepresión, que se considera innecesaria con el aumento de potencia. La relación de compresión antes era 9,5 a 1 y ahora es 9,0. El intercooler es más grande y, para reducir las emisiones contaminantes, tiene un catalizador distinto e inyección de aire en el escape.
Con estas modificaciones, el motor de 45 CV pasa a tener 50, y el de 54 CV pasa a 61. Desaparece el anterior motor de 599 cm³ y 61 CV y el motor Diesel se queda como estaba (799 cm³ de cilindrada y 41 CV).
Ha cambiado la programación del cambio para que la interrupción del motor durante el cambio sea más corta. El efecto debe ser que el cambio de marchas ya no es tan lento.
Otra modificación del cambio automático es que tienen «kick-down», un interruptor al final del recorrido del acelerado que sirve para engranar la marcha más corta posible.
La caja de cambios es de seis velocidades y sus desarrollos de transmisión son mucho más largos que antes. Ya lo eran anteriormente, pero ahora ninguna de las nuevas versiones de gasolina llega al régimen de potencia máxima en quinta. Sin probarlo, es difícil decir que efecto tendrá esto, pero parece poco apropiado para un coche de ciudad.
Ahora puede tener servodirección opcionalmente, aunque las ruedas delanteras no son más grandes (145/65 R15 en los gasolina y 135/70 R15 en el Diesel) y el aumento de peso no es grande (10 kg); es una servodirección eléctrica. En los modelos de gasolina la vía delantera es algo más estrecha que antes (1.286 mm contra 1.272); en el Diesel prácticamente no cambia.
Hay varios elementos de equipamiento nuevos, bien de serie o bien opcionales: un indicador de intervalos de revisiones, luces que se apagan al quitar el contacto, ráfagas de tres destellos de intermitentes con un solo toque, conexión automática de los intermitentes de emergencia en caso de accidente, luces de acompañamiento (automáticas o mediante el mando a distancia), limpiaparabrisas intermitentes dependientes de la velocidad o programador de velocidad.
Según el tipo de carrocería lo hay normal (City-coupé) o descapotable (Cabrio). El equipamiento de serie se llama «pure» y, opcionalmente, hay «pulse» y «passion». También está disponible la versión «Brabus», que se distingue por mecánica y equipamiento.