El peso total (con conductor y líquidos, que es como damos este dato en las fichas técnicas de km77.com) del Škoda Spaceback es menor que el de sus competidores. En muchos casos la diferencia es importante. En este enlace se puede ver que es un mínimo de 110 kg menos pesado que modelos como el Renault Mégane, Hyundai i30 y el Citroën C4. La relativa ligereza del Škoda Spaceback quizá sea la clave por la que se mueve con agilidad con una gama de motores que no son muy potentes.
La versión que hemos probado en profundidad es de gasolina y tiene 105 CV de potencia (1.2 TSI). La aceleración que hemos obtenido (dato que aparece en la primera columna de la izquierda de esta tabla) es muy buena. Ha sido más rápido que algunos coches de la competencia que tienen motores más potentes. Por ejemplo, ha sido más veloz que el Peugeot 308 1.6 THP de 125 CV, que el Ford Focus 1,0 EcoBoost 125 CV o que el Hyundai i30 1.6 GDi 135 CV.
Hemos medido la aceleración máxima entre 80 y 120 km/h de dos maneras distintas. Una, saliendo en segunda marcha y cambiando tercera para completar la maniobra (en segunda no se puede alcanzar 120 km/h). Dos, haciendo toda la maniobra en tercera velocidad. Ha sido ligeramente más rápido de esta segunda manera. Por lo tanto, esta tercera marcha es la mejor posible cuando sea necesario adelantar a un vehículo lento que circule más o menos a esa velocidad. Si la misma maniobra se realiza en cuarta velocidad, se tarda mucho más que en tercera porque se desaprovecha la parte alta del cuentarevoluciones, donde el motor da mucha fuerza.
De hecho, las mediciones de recuperación entre 80 y 120 km/h en cuarta, quinta y sexta marcha han sido comparativamente peores que las de aceleración máxima en marchas cortas (ambas mediciones las hacemos en el mismo intervalo de velocidad). El motivo es que los desarrollos de transmisión son muy largos, quizá para reducir el consumo y el ruido a velocidad sostenida. A pesar de que no acelera mucho en marchas largas, el Skoda Spaceback 1.2 TSI 105 CV no es un coche lento, ni lo parece. Sencillamente, lo que ocurre, es que cuando se apura el motor hasta su límite, este coche es más veloz de lo normal.
El consumo que he medido ha sido moderado, no bajo. En nuestro recorrido habitual (que es de 143,3 km por una autovía con fuertes pendientes y buscando una media real de 120 km/h), el consumo real fue 7,5 l/100 km. En nuestra unidad, para saber el consumo real había que añadir el 5% al dato que indicaba el ordenador. En el mismo recorrido y a la misma velocidad media, un Ford Focus 5p 1.0 EcoBoost 125 CV consumió 7,3 l/100 km y un Renault Mégane 5p 1.2 TCe 116 CV, 7,1 l/100 km. Es decir, gastaron menos que el Škoda Spaceback 1.2 TSI, aunque la diferencia tampoco ha sido enorme. Un Peugeot 308 1.6 THP 125 CV consumió algo más, 7,8 l/100 km.
El Škoda Rapid 1.6 TDI 105 CV (Diesel) consumió en ese mismo recorrido, una media de 5,1 l/100 km. No tengo idea de lo que hubiera gastado un Škoda Spaceback Diesel 1.6 TDI 105 CV en ese mismo recorrido, pero seguramente se hubiera aproximado a lo que gastó el Rapid. Por lo tanto, parece claro que quien busque ante todo bajo consumo, deberá elegir el Spaceback Diesel.
Además de este recorrido citado que está hecho por autovía, con el Spaceback 1.2 TSI he realizado aproximadamente 500 kilómetros por vías de segundo orden limitadas entre 70 y 100 km/h, que discurrían por llanuras y algo de montaña. Este recorrido lo he hecho con otra persona y algo de equipaje, conduciendo con suavidad, en marchas largas, al ritmo del resto del tráfico y generalmente respetando la velocidad máxima en cada punto. En estas circunstancias, el consumo real ha estado sobre 6,1 l/100 km, claramente menos que en el recorrido por autopista porque las condiciones fueron menos exigentes (sobre todo porque la velocidad fue claramente menor).
Nuestra unidad de pruebas tenía instalados unos neumáticos opcionales de medidas 215/45 R16; de serie, el Spaceback trae unos 185/60 R15. Con estos hay alguna posibilidad que el consumo sea algo menor puesto que ofrecerán menor resistencia a la rodadura.
El Spaceback responde bien en curva a las órdenes del volante, es seguro y razonablemente cómodo. A mi juicio, su suspensión no está tan elaborada como la de otros coches más costosos, por ejemplo, como un SEAT León. Eso se nota en que, a igualdad de carretera, a los mandos del Spaceback da la impresión de las pequeñas imperfecciones del firme se notan más que en el León. Puede que sea una percepción algo rebuscada, quizá poco perceptible salvo que se preste mucha atención a este detalle, pero es mi impresión. No me parece que afecte de forma definitiva a la comodidad de marcha, pero sí que la calidad de rodadura es algo menor.