Sólo he conducido la versión 1.6 FSI, de 116 CV, con cambio manual y ruedas opcionales, de 225 mm de anchura, perfil 45 y llanta de 17 pulgadas, innecesariamente grandes para este coche. Los neumáticos de serie, de 195 mm de anchura, deben ser más que suficientes. El asfalto por el que lo he conducido era muy resbaladizo y no molestaban estas gomas tan anchas, pero es posible que en un asfalto más adherente perjudiquen el buen equilibrio entre comodidad y estabilidad.
El motor 1.6 FSI no da la impresión de tener mucha fuerza (prueba del Volkswagen Golf con este motor). A diferencia del Golf, en el Octavia la caja de cambios es de cinco marchas, con un funcionamiento muy bueno, suave, rápido y preciso. Va bien que sea así, porque en algunas carreteras conviene utilizarla con frecuencia. La gasolina recomendada para este motor es de octano98. En las pruebas que hemos realizado con otros coches y este mismo motor no hemos obtenido ninguna diferencia de prestaciones al utilizar gasolina de 95 o de 98.
Mientras lo conducía de pronto pensé que estaba conduciendo un Audi A3. La estructura de las suspensiones es idéntica, pero también lo es en el Seat Altea, por ejemplo, y nunca tuve esa sensación. El tacto de la dirección es idéntico al del Audi, más firme que en el Altea, y calca las reacciones del eje delantero. El resultado es un coche muy agradable de conducir, con una buena relación entre comodidad y estabilidad.