El Ibiza 1.4 16V de 101 caballos de potencia sólo resulta satisfactorio por encima de las 4.500 revoluciones por minuto; es muy poco elástico. Por debajo de ese régimen, salvo en primera y segunda, puede ser una continua decepción. Tanta decepción, que la primera unidad que probé (he probado tres, para cerciorarme de que no era un fallo de una unidad) me confundió tanto que llegue a pensar que en SEAT se habían equivocado y que nos habían prestado la versión 1.4 16V de 75 CV. De hecho, las recuperaciones que hemos medido en el nuevo Ibiza con motor de 1,4 l y 101 CV son más lentas que las del anterior Ibiza 1,4 de 75 CV.
Lo peor es que en carretera de montaña, utilizando el cambio continuamente, también me dio la impresión de que tenía menos caballos de los que anuncia el fabricante. El motor es tan puntiagudo, que resulta complicado encontrar la relación de cambio adecuada. Hay muchas zonas en las que la segunda se queda corta y la tercera larga.
En nuestra medición de adelantamiento desde 80 km/h se puede ver. El Ibiza es más lento que otros coches menos potentes, como el Mini One (90 CV), el Nissan Micra 1.4 (82 CV) o el Opel Corsa 1.4 (90 CV). Desde 100 km/h, en cambio, el Ibiza es más rápido que todos ellos, que es lo que cabe esperar dada la potencia máxima de cada uno. Ello se debe a que el salto entre segunda y tercera es casi de 1,5 (de 6.000 cae a 4.000 rpm); a 80 km/h, la segunda se queda corta y la tercera un poco larga. Curiosamente, los desarrollos de transmisión de la versión Sport son más largos que los de la versión Signa, tanto con las ruedas de serie (195/55 R15) como con las opcionales que puede llevar el Sport y no el Signa (205/45 R16).
La máxima capacidad de aceleración que tiene el coche es regular. No puede acelerar tanto como un Clio 1.4 de 98 CV (que tiene un motor mejor que el de SEAT), pero sí más que un Corsa 1.4 de 90 CV. Hemos medido dos unidades distintas del Ibiza, y en ambos casos hemos obtenido el mismo resultado en aceleración.
En todo caso, el motor me sigue pareciendo decepcionante y desagradable de utilizar para alguien convencido de que tiene un motor de 100 CV bajo el capó y espere mucha aceleración en cualquier circunstancia.
Debido a la poca potencia del motor a medio régimen, para conseguir cruceros aceptables por carreteras y autovías que no sean perfectamente llanas, hay que pisar mucho el acelerador o reducir de marcha. Esta circunstancia afecta negativamente al consumo. En recorrido a 130 km/h de crucero por carretera de sentido único, el consumo fue de 8,4 litros cada 100 kilómetros.
Una faceta positiva de este motor es su suavidad. No es el mejor en términos absolutos, pero sí de los mejores.