Hay que quitar los reposacabezas posteriores para abatir los respaldos que están divididos en dos partes desiguales (60/40). No hay espacio entre el asiento y el techo para quitar el reposacabezas de su encajamiento, por lo que primero hay que abatir ligeramente el respaldo, posteriormente quitar el reposacabezas, y luego acabar de abatir. Para volver a colocarlo todo en su sitio la operación es inversa: primero deben meterse las patas del reposacabezas por los orificios correspondientes y luego enclavar el respaldo en sus fijaciones. No resulta difícil, pero sí algo más laborioso.
A diferencia del respaldo, la banqueta del asiento posterior se abate con mucha facilidad. Primero hay que levantar el extremo anterior con un pequeño tironcillo, e inmediatamente se desencaja la parte posterior de la banqueta. Sin esfuerzo y en un segundo se realiza toda la operación con muchísima facilidad.
La zona inferior de la banqueta no está tapizada, quedan a la vista la estructura metálica del asiento y la espuma de relleno del asiento. La moqueta que va por debajo de la banqueta tampoco queda bien ajustada y el aspecto es de dejadez.
Una vez abatido el respaldo, queda un escalón entre el maletero y el respaldo del asiento. Puede no tener demasiada importancia en un coche como éste, que en principio no va destinado a la carga, pero estaría mucho mejor si el fondo quedara completamente plano.
El pestillo de la ventanilla trasera (que se abre lateralmente) está situado en un punto muy retrasado con relación al respaldo posterior. Para alcanzarlo hay que retorcer la espalda y el brazo, o mucho mejor si el coche está parado, ponerse de rodillas en el asiento posterior mirando hacia detrás y manipular la fijación.
Las luces interiores del Ibiza son escasas. En la zona delantera sí hay lector de mapas para conductor y acompañante y una luz general para la apertura de puertas. Pero en la zona posterior no hay luz, por lo que de noche resulta imposible ver un mapa, tomar una nota o buscar algo. En las versiones de cinco puertas o en la versión de acabado Signa sí debe haber luz en la parte posterior, porque en el manual de mantenimiento del coche se habla de ella.
En el maletero sí hay luz y un espacio muy práctico para fijar dos triángulos de advertencia. La rueda de repuesto es de tamaño normal, con llanta de chapa. En el hueco de la rueda de repuesto hay una caja práctica, para fijar el gato, la llave de ruedas, la anilla para remolcar el coche y las bombillas de repuesto. Un ligero inconveniente es que la fijación de la rueda se hace con un espárrago unido a la parte inferior de esa caja, sistema que no resulta demasiado cómodo para fijar la rueda en su sitio después de la sustitución.
Cuando leí el manual de instrucciones del nuevo Ibiza me sorprendió la siguiente advertencia: «Por razones de seguridad, durante la marcha el posavasos deberá permanecer siempre cerrado con el fin de evitar riesgos en caso de frenazo repentino, o accidente». Puede tener sentido lo que dice el libro si la posición del posavasos, cuando está desplegado, fuera la que indica el dibujo del libro, desplazado en 45 grados aproximadamente hacia el lado del copiloto, por lo que en caso de frenazo fuerte podría golpearse contra él. En la realidad, el posavasos no está girado hacia el copiloto, sino que sale de forma completamente perpendicular al salpicadero. En todo caso, si durante la marcha hay que llevar el posavasos plegado, ¿para qué sirve el posavasos?
El manual de instrucciones consta de libro principal, de un anexo y de un tercer manual para el sistema de navegación (opcional para este coche a un precio de 1.471 euros).
Una particularidad de esta versión es una viserilla pequeña para tapar huecos al sol que está situada en la parte central, entre los dos parasoles. Esta misma viserilla también la tienen otros modelos del Grupo Volkswagen, como el nuevo VW Polo.