A pesar de su planteamiento, el 911 es un coche sorprendentemente agradable para un uso diario. Gira en poco espacio, no roza en el suelo con facilidad y tiene una sorprendente visibilidad en tres cuartos traseros (los montantes son delgados).
El interior también me parece muy funcional. Es pequeño, pero está muy bien aprovechado y ordenado. Tiene muchos sitios para depositar objetos: me han gustado especialmente los cajones que hay bajo los apoyabrazos de las puertas y los que hay entre los asientos delanteros.
El 911 mantiene su configuración 2+2, con una habitabilidad suficiente para los pasajeros delanteros (aunque el habitáculo es estrecho y por eso los ocupantes van muy cerca de las puertas) y para dos niños en las plazas traseras. El respaldo de los asientos traseros es abatible y permite incrementar las posibilidades de carga, algo que resulta muy útil dado el escaso espacio del maletero (15 l para las versiones de tracción total, 30 menos que las de tracción trasera).
Para reparar pinchazos tiene un bote de líquido sellante y un compresor de aire; no es una buena solución, porque no permite reparar el neumático si revienta, por ejemplo. Aunque se pueda reparar, no se puede pasar de 80 km/h (según recomienda Porsche). Hace tiempo, los 911 llevaban una rueda de emergencia de las que van desinfladas; es mejor alternativa que llevar el kit de reparación de pinchazos, pero ocupa sitio en el maletero. En el 911 no se puede llevar rueda de repuesto de tamaño original porque, sencillamente, no cabe.
La instrumentación es tan completa como en los anteriores 911, con velocímetro, cuentavueltas, termómetro de agua y aceite, presión de aceite y nivel del depósito de gasolina.
También hay una pantalla en el cuadro de instrumentos. Una vez arrancado el motor, en esa pantalla se muestra un velocímetro digital, la información del ordenador de viaje y las distintas funciones disponibles (navegador, teléfono, equipo de audio), así como un sistema de comprobación e indicación de diferentes parámetros y un medidor del nivel de aceite. La única manera de comprobar su nivel (desde esa pantalla) es con el motor en marcha: la operación no es instantánea, sino que puede tardar mucho tiempo (porque es necesario que el aceite esté por encima de una temperatura determinada).
Hay múltiples posibilidades de configurar los asientos. Desde el punto de vista del apoyo que dan al cuerpo, están: los de serie, los deportivos, los deportivos autoadaptables o unos de tipo «baquet». Nuestra unidad de pruebas tenía los deportivos adaptables, que tienen la posibilidad de ajustar el apoyo en los hombros, los riñones y las caderas. A todos los miembros de km77.com que hemos conducido el 911 nos han parecido muy buenos y cómodos, aunque no sé si merecen la pena en relación a las otras posibilidades (porque no los hemos probado).
Una de las mejoras más importantes en el interior es que la pantalla de la consola («PCM») ahora es táctil y resulta mucho más fácil de utilizar que la de los modelos previos. De todos modos, el antebrazo derecho cuando se conduce con las dos manos en el volante oculta la pantalla. Desde esta pantalla se pueden manejar las funciones de la radio, del ordenador de viaje, del teléfono y del navegador (si está instalado).
El 911 tiene muchas posibilidades de configurar el interior a gusto del cliente, tanto con elementos que cumplen una función práctica como con otros que tienen exclusivamente una función estética. Es quizá uno de los coches a la venta en España que tienen una lista de opciones más extensa.