El aspecto del interior es agradable. Se pueden encontrar algunos detalles propios de coches costosos, como parte del salpicadero tapizado de cuero o los detalles metálicos que recorren puertas y salpicadero, que son de aluminio y no una imitación de plástico. También hay cosas mejorables, como el plástico duro que Peugeot ha utilizado para la consola y la zona inferior de las puertas, o el tacto de algunos mandos.
Las plazas delanteras son amplias en todas sus dimensiones; destaca el espacio longitudinal que se puede obtener a costa de sacrificar el de las plazas traseras. Los asientos de nuestra versión están tapizados en piel (por 2.300 € se pueden montar también en la menos equipada) y sujetan convenientemente el cuerpo; el relleno no es duro y son confortables para viajes largos. La regulación lumbar se hace mediante una palanca situada en el lado interior. El resto de las regulaciones son eléctricas y tienen dos memorias que se seleccionan mediante unos pulsadores que hay en la puerta, junto a los mandos de los elevalunas y retrovisores; es más cómodo que estén ahí que en la base del asiento, donde hay que buscarlas a tientas.
El cuero, además del salpicadero y los asientos, recubre gran parte de las puertas, los paneles laterales traseros y el apoyacodos central. El volante, también tapizado de cuero, lo tinene perforado en la zona donde tienen que ir las manos; me ha parecido bueno por diámetro y grosor.
La posición de conducción es buena, aunque si se coloca la banqueta muy retrasada el volante queda algo alejado. El asiento puede ir colocado bajo, pero no más que algunos turismos.
El acceso a las plazas traseras requiere cierta agilidad porque la caída del techo reduce el espacio disponible para entrar. Los asientos delanteros se desplazan totalmente hacia delante con un mecanismo eléctrico, para facilitar la entrada. Basta con levantar la palanca del lateral del asiento y desplazar el respaldo hacia delante; al hacerlo, la banqueta se mueve automáticamente hacia delante. Si colocamos el respaldo atrás, la banqueta recupera su posición. El tiempo que se necesita para que la banqueta se desplace es de unos 4 s (si el asiento está colocado en una posición retrasada).
En el techo de las plazas delanteras hay dos asideros; al del conductor no le veo ningún sentido, salvo tal vez para que alguien con problemas de movilidad se agarre en él para entrar o salir del coche. En las plazas traseras no hay asidero en el techo, pero sí en el panel lateral. En el techo hay un gancho escamoteable que se abre pulsando un botón.
La guantera es amplia y, al igual que el resto de lugares destinados a guardar cosas, tiene el fondo tapizado para evitar ruidos. Está iluminada, tiene cerradura y la tapa se abre despacio para no golpear en las piernas al ocupante de esa plaza.
La guantera que hay bajo el apoyacodos tiene sitio suficiente para guardar unas gafas en su estuche y unas llaves. También hay unas hendiduras para guardar hasta seis monedas. En el lado izquierdo inferior del salpicadero también hay otro cajón, con espacio de sobra para guardar un juego de llaves con el mando del garaje o la cartera. Las bolsas rígidas de las puertas también son amplias.
Los pasajeros traseros pueden dejar algunas cosas en las bolsas elásticas que hay en los respaldos de las plazas delanteras o en unos huecos que hay en los laterales. Delante hay un posavasos; detrás hay dos.
Casi todos los mandos están a mano. Los peor ubicados son los que hay en la puerta (los de los elevalunas y retrovisores) puesto que están muy retrasados. Tras el volante hay cuatro palancas: luces, limpiaparabrisas, programador de velocidad y equipo de sonido; estos dos últimos quedan escondidos por el volante, pero una vez que se han aprendido sus funciones son fáciles de usar. En la consola hay muchos botones, la mayor parte de ellos correspondientes al equipo multimedia (sonido, ordenador de abordo, navegador y teléfono).
En el cuadro de instrumentos hay cinco indicadores, entre ellos uno de temperatura del aceite. El ordenador muestra en la pantalla a color que hay en el salpicadero información sobre la autonomía, velocidad media y consumo instantáneo. También tiene dos contadores parciales con información de la distancia recorrida, velocidad y el consumo medios. En el cuadro de instrumentos hay otra pantalla (monocroma) con otro contador parcial y el tota. En esta misma pantalla se muestran repetidas las informaciones del ordenador además de las referentes al cambio de marchas (relación y modo seleccionado), del programador de velocidad y diversas advertencias.
A mí, que no soy un sibarita del sonido en el coche, el equipo de audio me ha parecido bueno. En la consola hay una ranura para meter un disco con música, pero entonces no se puede utilizar el navegador. En el maletero sí hay un cargador de discos.
El navegador de nuestro coche daba fallos, además de resultar algo lento en los cálculos. En una ocasión, al circular por una carretera nueva que no estaba cartografiada, se reinicio al más puro estilo «Windows».