El Corsa Easytronic tiene una caja de cambios que puede funcionar como automática o como manual. Se trata de una caja de cambios y de un embrague con la estructura clásica, que se accionan mediante motores eléctricos. Estos motores reemplazan la fuerza que produce habitualmente la pierna del conductor sobre el pedal del embrague y el brazo sobre la palanca. El cambio Easytronic es de cinco marchas y sólo está disponible en el Corsa 1.2 de 75 CV.
Los responsables técnicos de Opel aseguran que esta caja de cambios resulta tan cómoda de utilizar como una caja de cambios automática convencional (con convertidor de par) y tiene las ventajas de que resulta más barata de fabricar, menos pesada (sólo 4 kg más que la misma caja en versión manual), los cambios se producen con rapidez y además, consigue ahorrar combustible con respecto al mismo modelo con caja totalmente manual. Nosotros nos hemos limitado a probarla y nos ha parecido tan agradable y práctica de utilizar como un cambio automático y casi tan rápida al cambiar como una caja manual manejada por un conductor experimentado al volante.
El conductor puede elegir si quiere utilizar el cambio de forma manual o automática. En cualquier caso se ahorrará la utilización del embrague porque ni siquiera hay pedal. Para optar entre un tipo u otro de cambio, sólo tiene que desplazar la palanca hacia la izquierda para seleccionar la función de cambio automático y dejarla en la posición central para realizar un cambio manual con accionamiento secuencial. Para cambiar se empuja la palanca hacia delante y no es necesario levantar el pie del acelerador ya que el propio sistema electrónico de control cierra por un instante la mariposa del acelerador. Para reducir se tira de la palanca hacia atrás y la gestión electrónica se encarga de dar un golpe de gas a modo de "punta-tacón" para engranar la marcha inferior con suavidad.
Al igual que con los cambios automáticos normales, si se pisa a fondo el pedal del acelerador, el Easytronic reduce de marcha (o de marchas) hasta alcanzar la zona de potencia máxima y dotar al coche de toda su capacidad de aceleración. En Opel aseguran que una de las características que confieren un especial agrado a la utilización de este tipo de cambio es la rapidez con la que cambia de marcha. Tres décimas de segundo emplea en pasar de una marcha a otra.
Una cualidad novedosa de este cambio es la presión variable que hace el embrague sobre el volante motor. La razón es obvia. Un coche no va siempre en la zona de máximo par motor y por tanto no necesita siempre de toda la capacidad del embrague para transmitir el movimiento. Así, cuando el par es bajo, el embrague presiona poco sobre el volante motor. ¿Qué se consigue con ello? Mayor rapidez en los cambios, porque en muchas ocasiones el recorrido que tendrá que realizar el plato del embrague para desembragar será menor que si estuviera completamente presionado sobre el volante motor. Muy fino tendrá que hilar el sistema de gestión electrónica para que el embrague no patine y no se produzcan desgastes no deseados. Otra de las particularidades de este embrague pilotado es que desembraga automáticamente si, al frenar, entra en funcionamiento el antibloqueo de frenos.
Para el modelo 1.4 de 90 CV hay también disponible un cambio automático, aunque de tipo convencional, con convertidor de par y tan sólo cuatro relaciones de cambio.