Las impresiones aquí escritas corresponden en su gran mayoría al modelo de 2010 ya que no hay cambios significativo con respecto al de 2013. Los más importantes son el aumento de capacidad del maletero y el ligero incremento en el espacio para las piernas de los ocupantes traseros, ya que ahora hay un poco más de hueco debajo de los asientos delanteros para meter los pies.
El maletero tiene 370 litros de capacidad (antes 330), que no es mucho para un coche de 4,45 metros de longitud, aunque es mucho mayor que el de un Renault Fluence Z.E. No tiene rueda de repuesto; en su lugar hay un kit de reparación de pinchazos. Si se abaten los respaldos de los asientos traseros la superficie de carga no queda plana (imagen).
El habitáculo está homologado para cinco ocupantes y es espacioso para cuatro de estatura media-alta. El del LEAF de 2013 es menos adecuado para transportar a cinco pasajeros porque el túnel central de la segunda fila de asientos es 7 centímetros más alto que en el de 2010. En esta fila tampoco hay un apoyabrazos central. Las ventanillas son grandes lo que contribuye a la sensación de amplitud.
La posición al volante es satisfactoria. Los asientos sujetan suficientemente bien y tienen un mullido bien distribuido que da un apoyo uniforme a los muslos y espalda. Algunos conductores pueden echar en falta que el volante se pueda alejar del salpicadero (no tiene regulación en profundidad). Las plazas traseras me parecen menos confortables para personas de talla normal que las delanteras. La razón es que su banqueta va muy cerca del suelo, lo que hace que sus ocupantes lleven las rodillas en una posición muy elevada respecto al cuerpo.
Los materiales de recubrimiento del LEAF son de buena calidad, aunque quizá no tanto como los que tienen muchos coches de tamaño y precio similar. La mayor parte de plásticos son duros, pero tienen buen aspecto y son agradables al tacto. El ajuste entre las piezas también me parece satisfactorio.
El panel de instrumentos se divide en dos zonas, una superior que informa de la velocidad a la que se circula, la temperatura exterior y la hora, y una inferior que incluye el ordenador de viaje y dos gráficos con que muestran la carga de la batería, su temperatura y la autonomía disponible (imagen). La instrumentación también da informaciones adicionales que pueden ser valiosas como el tiempo necesario para recargar la batería.
Desde la pantalla de la consola (de manejo táctil) es posible programar la recarga del coche (para aprovechar las tarifas eléctricas más convenientes), visualizar en un mapa hasta dónde se podría llegar con la carga disponible o consultar la distancia que hay hasta el próximo punto de recarga.
El usuario también puede tener acceso a funciones del coche con su ordenador o con algunos tipos de teléfonos 3G. Por ejemplo, es posible controlar el sistema de aire acondicionado durante el proceso de recarga para que la temperatura interior sea la adecuada antes de comenzar a utilizar el viaje, programar el inicio de la recarga o cargar rutas al sistema de navegación.