El salpicadero del Outlander es normal, ni muy moderno ni antiguo. En él hay dos pantallas de 12,3 pulgadas, una para la instrumentación y otra para el sistema multimedia (son las mismas que usa Nissan en el X-Trail) y justo debajo de esta última hay cuatro botones físicos y una ruleta para acceder directamente a determinados menús.
Acertadamente, Mitsubishi ha decido dedicar un conjunto de mandos y una pantalla sencilla para el climatizador. Resulta más rápido y seguro de utilizar que aquellos en los que todo se gestiona desde la pantalla del multimedia. El volante tampoco tiene superficies táctiles, sino unos botones que siempre responden y que no se accionan involuntariamente al rozarlos con los dedos.
Este Outlander está por encima del anterior en calidad percibida, tanto por el diseño como por los materiales. La unidad en la que me he subido, equivalente a una First Edition española, estaba tapizada —asientos, salpicadero y puertas— con un cuero marrón que le daba un aspecto agradable y elegante al coche. El cuero puede ser artificial (nivel Kaiteki) o natural de dos tipos (Kaiteki+ y First Edition; el del First Edition es uno semianilina, el mencionado marrón).
La carrocería y el interior tiene varias de las cualidades que ya conocemos del X-Trail. Las puertas posteriores abren en un ángulo muy grande, lo que facilita el acceso al interior y los asientos van unos centímetros más elevados que los anteriores (gracias a ello, sus ocupantes tienen buena visibilidad a través del parabrisas).
En estas plazas traseras hay más espacio del habitual en sentido longitudinal, en anchura y en altura (mediciones del interior). La banqueta es fija; en otros SUV de este tamaño es posible moverla. La zona de los pies de las plazas posteriores no es completamente plana, pues en la parte central hay un pequeño abultamiento de unos tres centímetros que está cubierto por una tapa de plástico (imagen). Tampoco es posible introducir la punta de los pies por debajo de los asientos delanteros.
El maletero tiene 495 litros de capacidad. Es muy ancho, su profundidad es normal y la cota de altura hasta la cortinilla es buena. Por volumen, queda en una posición intermedia entre los SUV híbridos enchufables de su tamaño. Los mejores en este aspecto son el Honda CR-V (635 litros) y el Mazda CX-60 (570 l). Los volúmenes que anuncian Peugeot, Škoda y Volkswagen en el 5008, Kodiaq y Tayron, respectivamente, son mayores, pero tienen truco: están medidos con la segunda fila de asientos completamente adelantada (lo que la inutiliza para llevar pasajeros) y con los respaldos en la posición más cercana a la vertical posible.