El Mercedes-Benz Clase SLK es un descapotable de dos plazas con techo rígido plegable y tracción trasera. Puede comprarse desde 44 650 € (todos los precios) con un motor de gasolina de 184 caballos (versión SLK 200)
Mercedes-Benz se refiere al modelo presentado en este artículo, que llegó al mercado a principios de 2011, como la tercera generación del SLK. Sin embargo, comparte con la anterior generación el bastidor y el tipo de suspensión. Por lo tanto, más bien es una renovación profunda de la segunda generación del SLK (más información), que se comercializa desde 2004 y que fue actualizada por primera vez en 2008 (más información).
En mayo de 2015, el SLK 200 (184 caballos) tiene un motor de 2,0 litros en lugar de uno de 1,8 litros de cilindrada; aparece el SLK 300 (245 CV) que reemplaza al SLK 250 (204 CV); el SLK 250 CDI pasa a llamarse SLK 250 d y, por último, existe la posibilidad de montar una caja de cambios automática de nueve relaciones (9G-Tronic) en el SLK 200, que es de serie para el SLK 250d y el SLK 300. La anterior de siete relacioines (7G-Tronic PLUS) se mantiene en las versiones SLK 300 y SLK 55 AMG.
El SLK nos parece un coche bueno para disfrutar conduciendo a cualquier ritmo. Si éste es tranquilo, porque es cómodo y silencioso. Si se realiza una conducción rápida, porque no hay que «pelearse» con él para aprovechar la potencia del motor. Un BMW Z4 nos gusta menos porque exige más pericia y atención para ir igual de rápido y un Alfa Romeo Spider —retirado de la gama a principios de 2012— era menos ágil (y más fácil de conducir que el BMW). De los coches de estas características, el más parecido por sus cualidades dinámicas nos parece el Audi TT, aunque es de tracción delantera. El Porsche Boxster nos parece claramente superior que el SLK si se da valor a un tacto y reacciones deportivas.
La dirección tiene un tacto estupendo y permite guiar con precisión el coche. Mercedes-Benz ofrece para este coche dos tipos de suspensiones opcionales.
Por una parte está la suspensión de amortiguación de dureza variable, que es firme y absorbe bien la mayoría de las irregularidades. Tiene dos programas de funcionamiento: «normal» y «sport». Con la suspensión deportiva (que es la otra posibilidad) se pierde confort. No es una suspensión muy «seca» pero, en carreteras muy bacheadas, las ruedas rebotan y hay que estar atento para corregir la trayectoria si eso sucede en un apoyo fuerte. Yo sólo se la aconsejaría a quien vaya a utilizar el coche en vías con el asfalto en buen estado.
Con el techo sobre el coche, el SLK no es tan silencioso como un cupé. El ruido está bien amortiguado, pero algo se filtra por las rendijas. Sin techo, el confort es bueno hasta unos 120 km/h, momento a partir del cual las turbulencias empiezan a ser molestas. Para que viajar descapotado sea lo más agradable posible, el SLK tiene el sistema «AIRSCARF», una salida de aire situada en los reposacabezas de los asientos que proyecta una corriente de aire caliente hacia la nuca y los hombros de los ocupantes —una especie de «bufanda de aire»—. A los pasajeros de mucha estatura se les queda demasiado bajo, pero aun con todo, notarán su efecto.
Además del clásico cortavientos, el SLK puede tener un sistema, denominado «AIRGUIDE», compuesto por dos piezas de plástico transparente, situadas detrás de los reposacabezas (imagen), que también reducen las turbulencias que se producen en el habitáculo cuando se circula descapotado a velocidad elevada.
Funciona relativamente bien y es muy cómodo de utilizar, porque no requiere ni montaje ni desmontaje. Se empuja con la mano y se sitúa en su lugar. No se puede colocar mientras se conduce, porque la mano no llega hasta las piezas de plástico con suficiente facilidad. Aquí hay un vídeo ilustrativo de su funcionamiento.
El habitáculo tiene un espacio para los ocupantes similar al del modelo anterior. Personas de hasta 1,90 metros se podrán acomodar sin problemas. La posición de conducción es buena (más información en las impresiones del interior).
El techo del SLK necesita unos 20 segundos para plegarse y desplegarse. Se acciona mediante un mando que hay oculto tras una tapa en la consola. Puede ser de tres tipos: metálico, de cristal oscurecido o uno denominado «MAGIC SKY CONTROL» que se oscurece automáticamente (más información).
Motores
A fecha de mayo de 2015, la gama queda configurada como se ve en la siguiente tabla:
Gasolina | Diesel | ||||
Versión | CV | Cambio | Versión | CV | Cambio |
SLK 200 | 184 | Manual (6 vel.) / Aut. 9-G Tronic (9 vel.) | SLK 250 d | 204 | Aut. 9-G Tronic (9 vel.) |
SLK 300 | 245 | Manual (6 vel.) / Aut. 9-G Tronic (9 vel.) | |||
SLK 350 | 306 | Aut. 7-G Tronic Plus (7 vel.) | |||
SLK 55 AMG | 421 | Aut. 7-G Tronic Plus (7 vel.) | |
La última vez que probamos este coche, a finales de 2012, lo hicimos con el motor de gasolina de 204 CV (versión SLK 250 BlueEFFICIENCY) que ya no está disponible y, además, tenía la caja de cambios automática de siete relaciones (7G Tronic). Nos pareció que aceleraba más de lo que dicen los datos y en nuestro recorrido habitual de consumo no gastó demasiado (más información en las impresiones de conducción). Su caja de cambios no nos satisfizo completamente para practicar una conducción rápida porque no siempre elegía la marcha más apropiada en cada caso; para ir rápido, nos pareció mucho mejor utilizarla de forma manual mediante las levas opcionales o mediante toques longitudinales sobre la palanca (más información en las impresiones de conducción). Aún no hemos probado la nueva caja de nueve relaciones, por lo que no sabemos si su respuesta será mejor que la de siete en ese tipo de utilización.
En la presentación de este modelo a los medios, también probamos brevemente el SLK 350 de 306 CV que se sigue vendiendo en la actualidad. Este motor de seis cilindros tiene una respuesta al acelerador más inmediata, un sonido mecánico más agradable y uno de escape más discreto pero igualmente bonito.
Cuando este modelo salió la mercado tenía una serie de novedades de equipamiento respecto al modelo anterior. Son el sistema de detección de cansancio del conductor «ATTENTION ASSIST» —aconseja al conductor que se detenga a descansar si detecta falta de atención—, el de protección previa a la colisión («PRE-SAFE»), que si va combinado con el programador de velocidad activo puede llegar a frenar el vehículo en caso de una posible colisión, y un dispositivo que reconoce las señales de tráfico que limitan la velocidad.
Desde la versión más asequible son de serie elementos como seis airbags, el «ATTENTION ASSIST», el capó activo para protección de peatones, los sensores de presión en los neumáticos, el sistema de ayuda al arranque en pendiente, el programador de velocidad, las luces diurnas de leds o las luces de freno adaptativas —se iluminan con mayor o menor intensidad en función de la fuerza de frenado—.
Hay un paquete opcional «AMG», que incluye elementos que varían el aspecto exterior e interior, además de varios cambios mecánicos en los frenos y la suspensión (fichas de equipamiento).
Precio del seguro y otros detalles
Asegurar a todo riesgo un SLK 350 de 306 CV, para un empresario soltero de 40 años, con más de 20 años de carné, que lleva 7 años sin tener siniestros y que aparcará el vehículo en un garaje colectivo, haciéndole entre 10 000 y 15 000 km al año, es de 1352 € en Pelayo —con una calidad de póliza de 6,81 sobre 10—. Es la aseguradora que ofrece la mejor relación entre calidad y precio, según nuestro comparador de seguros.
La primera generación del SLK se comercializó a partir de 1996, de la cual solamente tenemos información de la versión más potente: SLK 32 AMG. La segunda apareció en el mercado en 2004 (más información) y fue renovada en 2008 (más información).