La suspensión del Clase E sigue siendo de paralelogramo deformable en los dos ejes. En el trasero con el característico sistema de cinco brazos; en el delantero con uno nuevo (imagen y más información sobre la suspensión delantera).
Tiene de serie en casi toda la gama muelles helicoidales y amortiguadores de gas monotubo. La versión Avantgarde con muelles helicoidales tiene una suspensión rebajada 15 mm; para las otras hay una opcional más dura.
También opcionalmente (de serie en el E 500) puede llevar una suspensión neumática llamada «Airmatic DC». «DC» son las siglas de «control doble», y significan que con esta suspensión varía la dureza del muelle y del amortiguador.
Los objetivos de este sistema son tres: primero, que el coche tenga una suspensión suave cuando es posible y dura cuando es necesario. Segundo, controlar los movimientos de la carrocería (cabeceo y balanceo). Tercero, controlar la altura de la carrocería para que permanezca constante independientemente de la carga, y para que pueda bajar (15 mm) cuando el coche circula rápido (más de 140 km/h).
El Airmatic DC funciona automáticamente, y el conductor puede elegir entre tres umbrales distintos de funcionamiento, para que la tolerancia al movimiento de carrocería sea mayor o menor. Es decir, no se trata de tres grados de dureza, sino de tres programas de funcionamiento (más información).
Los frenos tienen de serie el sistema SBC, con el que el conductor no actúa directamente sobre el sistema que frena las ruedas. En lugar de eso, la presión hidráulica que genera pisar el pedal se transmite como una señal, y es un controlador electrónico lo que determina la frenada de cada rueda independientemente (artículo sobre el SBC).
De esta manera, el coche responde mejor en circunstancias donde la eficacia de unos frenos normales es limitada. Funcionalmente es mejor que el servofreno de emergencia (de hecho no hay un servofreno) porque reacciona más rápidamente a maniobras como una pisada rápida, y porque interactúa con el ABS para que el deslizamiento de las ruedas sea el mejor posible.
Si el control de estabilidad tiene que actuar, el frenado selectivo de cada rueda es más eficaz. Si se frena en curva, gradúa independientemente la presión en cada rueda para asegurar una trayectoria estable y para aprovechar el mayor contacto con el suelo de las ruedas exteriores. Mientras esté conectado el limpiaparabrisas, las pastillas rozan suavemente los discos de forma automática y periódica para quitar el agua que pueda haber. Al detener completamente el coche, reduce la presión de frenada para eliminar la eventual sacudida final.
La dirección que tiene de serie es una cremallera de desmultiplicación variable, menor cerca del centro y mayor cuando las ruedas están muy torcidas. Opcionalmente hay una dirección de asistencia variable en función de la velocidad; se va endureciendo a medida que aumenta y permanece constante a partir de 100 km/h.