Un Mercedes-Benz CLS es mecánicamente un Clase E, con una carrocería distinta, ciertas diferencias en el equipamiento de serie y un precio 9.200 € superior (si comparamos las versiones 350).
Durante la presentación del Clase E en 2002, el responsable del proyecto me comentó que: «El cliente normal de un Clase E es una persona que podría permitirse un coche mucho más caro».
No sé si el CLS está hecho pensando en esas personas, si está destinado al mercado americano (donde más siempre es mejor) o si es para los que quieren un Clase S pero no lo compran por cualquier causa. Lo que sí he visto es que, atendiendo a cualidades objetivas, un CLS es peor que un Clase E. La única ventaja objetiva del CLS es que tiene una suspensión que lo hace más cómodo en condiciones normales (en otras condiciones, menos).
Otra posible ventaja del CLS es que tiene cuatro plazas en vez de cinco, con dos asientos traseros que son más cómodos que los de un Clase E.
Todo lo demás son desventajas: tiene una carrocería menos funcional (más grande, menos accesible y menos espaciosa), pierde en prestaciones y consumo (pesa más y tiene más resistencia aerodinámica) y es menos estable.
Algunas de esas desventajas lo son con relación a un Clase E, pero no con relación a otros modelos. Por ejemplo, es menos estable que un Clase E, pero no lo es menos que otros coches de este tamaño, como un Audi A6 o un Serie 5 (en carreteras rápidas, no donde hace falta un coche ágil).
Otros de los defectos citados sí lo son en términos absolutos, principalmente un espacio interior limitado en altura, en las plazas delanteras y en las traseras.
El precio también es alto, teniendo en cuenta el equipamiento de serie. Hay varios elementos opcionales en el CLS que me parecen muy recomendables, principalmente la suspensión neumática Airmatic DC (2.253 €). Esto quiere decir que, con el presupuesto que requiere un CLS, es posible tener un Clase E con elementos de equipamiento muy interesantes.
Hay otra diferencia objetiva grande entre un Clase E y un CLS: con el primero se pasa desapercibido entre el tráfico, y con el segundo eso es imposible (al menos ahora, que el coche es reciente).
Si he llevado otro coche de cuatro puertas con el que me haya sentido más observado que con el CLS 350, ha sido un Mitsubishi EVO; la naturaleza de las miradas era muy distinta en esos casos.
A quien aprecie que su coche cause expectación, supongo que admiración en algunos casos, puede que le compense pagar por esta carrocería.
Si el hecho que la gente mire le es indiferente, pero le gusta mucho la forma del CLS, también puede tener sentido pagar por él. En cualquier otro caso, un Clase E me parece una compra mejor.