Para reducir el peso, Land Rover ha empleado la misma solución que en el Range Rover 2013: ha hecho el chasis y la carrocería de aluminio. Según los datos que proporciona Land Rover, comparando las versiones Diesel V6, el nuevo Range Rover Sport pesa 420 kilogramos menos (ficha comparativa). Entre las versiones V8 de gasolina hay una reducción de 280 kilogramos (ficha comparativa).
El coeficiente aerodinámico es en el mejor de los casos 0,34, peor que el de un BMW X5, el mismo que el de un Mercedes-Benz GLE y mejor que el de un Infiniti FXy Porsche Cayenne (0,36 en los tres). Con el motor más potente (gasolina de 510 CV) el coeficiente aerodinámico es 0,37. De todos modos, sin conocer la superficie frontal no es posible saber cuál de todos es el mejor en este aspecto, ya que el factor de resistencia aerodinámico se obtiene multiplicando el coeficiente por la superficie frontal.
La tracción es total pero existen dos variantes. Una con reductora (2,93 a 1) y un embrague multidisco en el diferencial central que se encarga de repartir el par (en condiciones normales de adherencia al 50 por ciento en cada eje), con la posibilidad de bloquear el reparto. La reductora se puede engranar en marcha hasta una velocidad de 60 km/h. La otra variante va sin reductora y con un diferencial central Torsen que reparte en situaciones normales un 42 % del par a las ruedas delanteras y un 58 % a las traseras, pero que puede llegar a enviar desde un 38 hasta un 78 % a las ruedas traseras en función de las condiciones de adherencia. Este segundo sistema es 18 kilogramos más ligero que el primero.
La suspensión, independiente en las cuatro ruedas, tiene muelles neumáticos y permite que las ruedas delanteras tengan un recorrido libre en el eje vertical de 26,0 cm y las traseras de 27,2 cm. Los muelles son de material más fino y flexible que en el modelo anterior (van protegidos por una carcasa metálica) para absorber mejor las irregularidades pequeñas. Éstos son capaces de variar la altura de la carrocería en 18,5 centímetros.
El sistema propulsor de esta versión combina el motor Diesel de 306 CV de la versión «SDV6» con otro eléctrico de 48 CV. La potencia máxima conjunta es 354 CV. Hasta octubre de 2016, el motor Diesel aportaba 292 CV, por lo que la potencia conjunta era de 340 CV. El consumo medio homologado de combustible no cambia, es 6,4 l/100 km. Salvo por el Diesel de 241 CV, el Range Rover Hybrid es la versión que menos consume de toda la gama. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos —las prestaciones tampoco cambian por el cambio en el nivel de potencia—.
La batería que alimenta de energía al motor eléctrico es de iones de litio, tiene refrigeración líquida y está colocada debajo del piso del habitáculo. Según Land Rover, no resta espacio a los pasajeros ni al maletero. Con la batería completamente cargada se pueden recorrer hasta 1,6 kilómetros y alcanzar una velocidad máxima de 48 km/h sin necesidad de utilizar el motor térmico (para ello hay que activar el modo de conducción «EV Mode»).