El Jeep Wrangler 2019 (generación JL) está a la venta con dos carrocerías —de tres puertas y de cinco—, dos motores —de gasolina de 272 CV e híbrido enchufable de 381 CV— y tres niveles de equipamiento —Sport, Sahara y Rubicon—. Desde su lanzamiento al mercado en España hasta enero de 2021, también estuvo disponible con un motor Diesel de 200 CV. Es un coche caro, los precios comienzan en 51 100 € (las versiones de cinco puertas cuestan unos 4000 € más que las de tres; listado de precios).
Es uno de los todoterrenos con mejores cualidades para circular fuera del asfalto. Tiene un chasis de doble viga, ejes rígidos y reductora. Respecto al modelo anterior —la generación JK; información del Wrangler 2011— ahora tiene mejores ángulos todoterreno, es más ligero, más eficiente y su equipamiento, más abundante y moderno. Nosotros hemos probado la versión Rubicon, que tiene algunos elementos diferenciadores (lo contamos más adelante) que aumentan su capacidad como todoterreno.
El Wrangler está completamente orientado a una utilización exigente en el campo y eso condiciona, de manera clara, sus reacciones en carretera, que son peores que las de la mayoría de vehículos con carrocería de todoterreno que se venden en la actualidad. Pero, respecto a la generación anterior, la mejora es evidente. Ahora resulta más preciso en curva, es más cómodo y transmite más confianza a quien va al volante. Más información en las impresiones de conducción.
El sistema de tracción total cambia según la versión. El Wrangler Sport y el Sahara tienen el llamado Command-Trac, mientras que en el Rubicon Jeep usa el Rock-Trac (más información sobre estos sistemas en la página de información técnica). Lo más importante es que, por primera vez, Jeep utiliza un diferencial central en el Wrangler. Esto permite circular con la tracción en las cuatro ruedas sobre superficies con mucha adherencia, como es el caso de una carretera seca.
El equipamiento Rubicón, que es el más costoso de la gama, está dirigido a aquellos que requieran las mayores capacidades en conducción todoterreno. El sistema Rock-Trac tiene una reductora con una relación mayor de desmultiplicación, unos ejes rígidos más robustos, bloqueo de los diferenciales delantero y trasero, desconexión de la barra estabilizadora delantera para aumentar el recorrido de las ruedas y neumáticos de tacos (BFGoodrich Mud Terrain T/A KM2) en vez de los Bridgestone Dueler H/T. Hay más detalles sobre estas diferencias en la página de técnica.
La versión de tres puertas tiene unas plazas traseras pequeñas. El espacio para las piernas escasea y el maletero no es grande. En la de cinco puertas esto no ocurre porque su carrocería es 56 cm más larga (mide 4,85 m). En esta generación, Jeep ya no llama Unlimited a esta versión de cinco puertas.
La sensación que causa el habitáculo es claramente mejor que antes, con una presentación más cuidada y mejores materiales. Aun con ello, habrá quien quede sorprendido por detalles nada habituales en coches de este precio (cables no ocultos o ruidos provenientes del techo) pero que en algunos casos están justificados por una de las características del Wrangler: el parabrisas es abatible y las puertas y el techo se pueden extraer. Más información en las impresiones del interior.
El techo del Wrangler puede ser de lona o rígido. El de lona se puede abrir, como si fuese un descapotable, o quitar. El rígido se puede desmontar en tres piezas. Para la variante de cinco puertas existe una tercera opción: un techo rígido cuya parte superior es una lona que se recoge eléctricamente (cuyo precio es 3900 €).
El motor de gasolina es de cuatro cilindros, está sobrealimentado y desarrolla 272 CV. La versión híbrida enchufable, que tratamos por separado en este artículo, tiene el mismo motor de 272 CV y además dos eléctricos, uno de 145 CV y otro de 63. La batería es de iones de litio, va protegida y sellada y tiene 17,3 kWh de capacidad bruta, suficiente para recorrer 45 kilómetros en modo eléctrico (y para obtener el distintivo ambiental 0 emisiones de la DGT). El motor Diesel que estuvo disponible hasta enero de 2021, es de cuatro cilindros con 2,2 litros de cilindrada y da 200 CV (necesita de Adblue para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno). Todos llevan una caja de cambios automática de ocho relaciones.
El motor Diesel no es refinado ni silencioso. Mueve con suficiente soltura al Wrangler y su consumo, como cabe esperar de un coche de este peso (2065 kg el Wrangler Rubicon 3p), aerodinámica y tipo de neumáticos, no es bajo (suele estar entre 8 y 11 litros cada 100 km/h en asfalto). La caja automática aumenta el confort de conducción y hace más sencilla la conducción fuera del asfalto, sobre todo cuando hay que avanzar muy despacio.
A igualdad de nivel de equipamiento, el Wrangler híbrido enchufable cuesta entre 6500 y 6900 euros más que el de gasolina (ficha comparativa). El precio de partida de la versión de cinco puertas, 55 100 €, es mucho más alto que el de un Toyota Land Cruiser (listado de precios del Land Cruiser 5p), que cuesta un mínimo de 43 300 €; el Land Cruiser tiene un motor Diesel de menor potencia (204 CV) y, en su versión básica, tiene cambio manual.
Un Suzuki Jimnyes muchísimo más barato (también es más pequeño y sencillo, menos potente, equipado y capaz antes obstáculos muy complicados). Con el Mercedes-Benz Clase G ocurre lo contrario, excepto en la parte de sus capacidades como todoterreno, que son comparables a las del Wrangler.
Entre el equipamiento posible están el sistema de alumbrado mediante faros de ledes (solo Sahara y Rubicon), acceso sin llave, calefacción en volante y asientos, dos sistemas multimedia (con pantallas de 7 y 8,4 pulgadas) compatibles con Android Auto y Apple CarPlay, diferencial trasero autoblocante (Sahara) y la detección y aviso de vehículos en el ángulo muerto de los retrovisores.
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