Es la versión más potente, con mejores prestaciones y con un ajuste del chasis más deportivo de toda la gama i20 2020. Hyundai ha puesto en el mercado el i20 N (204 CV) en un momento en el que los turismos potentes de poco más de cuatro metros de longitud escasean por distintos motivos. Y bajo mi punto de vista lo ha hecho muy bien. Está en venta por 28 290 euros con un motor de 204 caballos y una caja de cambios manual de seis relaciones (con una función que facilita unas reducciones suaves y rápidas). Precio, ficha técnica y equipamiento.
El i20 N es un claro ejemplo de que un coche relativamente ligero, pequeño y potente (no de potencia exagerada) puede ser una estupenda fuente de disfrute siempre que esté acompañado por un chasis bien puesto a punto. Este Hyundia también es un medio de transporte razonable —aunque no tan apropiado como un i20 normal— para todos los días.
Lucha en el mercado principalmente con el Ford Fiesta ST, siendo este más económico (1976 euros ambos con cinco puertas) y ligeramente más lento en la aceleración hasta 100 km/h (ficha comparativa). No sé cuál es mejor porque el nivel de ambos es muy alto y no los he conducido en las mismas circunstancias; el i20 N sólo en circuito y el Fiesta ST sólo en carretera. Pero cualquiera puede satisfacer a los aficionados que disfrutan de coches potentes y equilibrados.
No he llevado el Volkswagen Polo GTI 2022, pero sí varios de las generaciones previas y ninguno de ellos era un deportivo a la altura de los Fiesta ST, de los Renault Clio RS o de los Peugeot 206 GTI, 206 RC (este es el más emocionante de todos los Peugeot aquí citados), 207 RC o 208 GTi cuando existían. Los Volkswagen Polo GTI militaban en otra categoría: la de vehículos muy rápidos, pero de reacciones más sosegadas y dirigidos hacia un público más amplio.
Del Hyundai I20 N me ha gustado su equilibrio entre el ajuste del chasis y el motor. Los 204 CV no son excesivos en ningún momento ya que no ponen en aprietos a la capacidad del eje delantero para transmitir la potencia al suelo. A la salida de curvas lentas de tercera marcha —e incluso de segunda— se puede acelerar casi a fondo y el coche no tiene tendencia a abrir la trayectoria. Tiene buen tacto, es ligero y resulta fácil hacerle cambiar de dirección. Los frenos lo detienen bien después de realizar tres vueltas a ritmo elevado (que no a tope) en circuito, por lo que deberían ser más que suficientes para usar por carreteras de montaña.
El i20 N se sitúa por debajo del i30 N en cuanto a prestaciones puras y cualidades como deportivo. Este último es más veloz en parte por su mayor potencia. Precisamente porque el motor del i30 N tiene más fuerza y par, pone en más aprietos a las ruedas delanteras si no se dosifica un poco el acelerador. El diferencial de velocidad que permite un i30 N respecto a un i20 N en circuito se nota claramente: se va más rápido y precisamente por ello, requiere más precisión y hacer las cosas con más orden para que salgan bien. Es más probable que un conductor normalmente bueno o que quiera pocas complicaciones disfrute más con un i20 N que con un i30 N. Sin embargo, los pilotos a los que he preguntado prefieren el i30 N, pues saben gestionar perfectamente los casi 80 caballos de potencia extra.
El interior es relativamente sencillo como el de otros i20, si bien hay un volante muy distinto con botones (dos azules, para elegir los modos de conducción; otro, rojo —imagen—, para activar el RevMaching o igualador de revoluciones en las retenciones). Los asientos (imagen) sujetan bien el cuerpo pero no lo oprimen, ni tienen un relleno excesivamente duro. Me han parecido correctos para usar todos los días. También hay un pomo específico para el cambio de marchas y unos pedales con plataforma metálica. La instrumentación, como en otros i20, es de pantalla.
Frente al Fiesta ST (no sabemos aún cómo será el Fiesta ST de la gama Fiesta 2022), el i20N tiene un modo de conducción configurable (denominado N Custom) además de los modos prefijados Normal, Eco, Sport, N. Cada uno de ellos modifica el funcionamiento del control de estabilidad, el sonido del escape, la asistencia de la dirección o la entrega de potencia del motor. Adicionalmente, el funcionamiento del control de estabilidad se puede modificar de manera independiente de acuerdo a tres programas: encendido, apagado o modo sport (permite que las ruedas deslicen un poco antes de entrar en funcionamiento). Otra cosa que distigue al Hyundai es que en la pantalla central hay una vista exclusiva en la que muestra datos relativos al motor, como la apertura de la mariposa, la temperatura del aceite y agua, los tiempos por vuelta, las fuerzas de aceleración que afectan al vehículo o la presión de frenado.
Los sistemas de seguridad y ayuda a la conducción del i20 N son los mismos que pueden tener el resto de versiones de la gama. Entre otros, hay un programador de velocidad activo que modifica su funcionamiento según la información que recibe del sistema de navegación (adecúa la velocidad con más precisión y rapidez al llegar a una curva, por ejemplo), una alerta por cambio involuntario de carril capaz de reducir la aceleración del vehículo y, por lo tanto, minimizar las consecuencias de un posible impacto o un sistema de reconocimiento de señales de tráfico.
Tiene un sistema multimedia con pantalla táctil de 10,25 pulgadas y servicios en línea BlueLink. Con este servicio, es posible conectar el vehículo con un teléfono móvil para realizar acciones remotamente (abrir o cerrar puertas, consultar la ubicación o mandar una dirección al sistema de navegación). Es gratuito durante los cinco primeros años.
Según Hyundai, muchos detalles de diseño están inspirados en el i20 WRC, un modelo que compite en el Campeonato del Mundo de Rallyes. Con este modelo, Hyundai amplía su gama de modelos de altas prestaciones, actualmente formada por los i30 N 5 puertas e i30 N Fastback.