El nuevo Hyundai Coupe mide 4,4 m de longitud, tiene cuatro plazas pero sólo es recomendable para dos ocupantes. Se diferencia del modelo anterior en ciertos detalles de aspecto de la carrocería, del interior y en algunos elementos de equipamiento. Está disponible con tres motores de gasolina de 1,6 l (105 CV), 2.0 l (143 CV) y 2,7 l (165 CV), desde 20.450 €. Tabla con las diferencias de equipamiento de cada una de las versiones y ficha comparativa de precios.
Cuesta 2.500 € más que la versión equivalente en la gama anterior. Esta diferencia se debe, en parte, a que el nuevo modelo no tiene descuento promocional (el anterior este descuento era de 1.500 €). Para compensar parcialmente esta diferencia, Hyundai regala un año de seguro a todo riesgo.
El Hyundai Coupe tiene ciertas cualidades como deportivo que resultan más interesantes que sus cualidades como coche para viajar.
Para quien aprecie que las reacciones sean más bien rápidas, puede ser un coche satisfactorio en carreteras lentas o rápidas. Responde bien a las indicaciones del volante, el balanceo de carrocería es pequeño, el cambio de marchas tiene un tacto acertado y los asientos sujetan bien el cuerpo.
El puesto de conducción es muy indicado para quien prefiera ir cerca de la carretera y con las piernas relativamente estiradas. Un puesto de conducción así no se encuentra normalmente en coches de tres puertas derivados de uno de cinco, como el Astra GTC o el Citroën C4.
No recomendamos la versión de 1,6 l porque no puede tener control de estabilidad. El Hyundai Coupe con control de estabilidad es más fácil de conducir que sin él, además de más seguro.
He tenido la oportunidad de conducir la versión con motor 2,0 l de 143 CV. Me ha parecido que su rapidez de reacciones lo puede hacer difícil de conducir en ciertas circunstancias. El sobreviraje que se produce al decelerar bruscamente en medio de un apoyo es mayor que en otros cupés semejantes. Es algo que unos conductores apreciarán y otros no; en cualquier caso, no es un coche donde resulte especialmente difícil notar cuándo se va a desequilibrar.
Si lleva conectado el control de estabilidad esta reacción no pasa inadvertida, pero permite disfrutar de la conducción con la tranquilidad que supone disponer de este elemento cuando realmente hace falta. El funcionamiento del control de estabilidad es adecuado porque coloca adecuadamente el coche en la trayectoria, dentro de lo posible. Sólo si el suelo es irregular o está bacheado, puede que entre en funcionamiento antes de lo necesario. Lo conduje con las ruedas de serie, de medida 215/45 17.
El motor 2,0 l de 143 CV da un resultado normal desde el punto de vista de la aceleración. Puede mover al Coupe con agilidad, aunque para que sea así hay que utilizar con frecuencia el cambio de marchas.
Hay una diferencia grande entre cómo funciona el motor hasta 4.000 rpm y a partir de ese régimen. Es difícil que un motor de gasolina atmosférico (como el que tiene el Hyundai Coupe) sorprenda por su fuerza y respuesta al acelerador teniendo en cuenta el funcionamiento de los nuevos motores de gasolina sobrealimentados de baja cilindrada.
Las dos versiones de cuatro cilindros tienen un cambio manual de cinco velocidades. Los dos van algo cortos de desarrollo final, pasan claramente del régimen de potencia máxima en la marcha más larga. El V6 tiene un cambio manual de seis velocidades, con una sexta ajustada para alcanzar la velocidad máxima a régimen de potencia máxima.
El Hyundai Coupe con el motor 2,0 l no es un coche silencioso. Desde el interior se siente el ruido del motor cuando va a un régimen alto, el ruido aerodinámico y el de rodadura. Como tampoco es particularmente cómodo de suspensión, no es de los cupés más recomendables para hacer viajes largos. A la velocidad legal en España es soportable, a un ritmo más rápido puede ser algo molesto.
La carrocería es cómoda para dos ocupantes y su maletero resulta funcional porque es suficientemente grande (312 l), tiene una forma aprovechable, argollas para fijar la carga, ganchos para colgar bolsas y un buen tapizado debajo del cual está la rueda de repuesto (de emergencia). Las plazas traseras no son más aprovechables que las de un Audi TT: aunque la achura y el espacio para las piernas puede ser suficiente, la altura es absolutamente insuficiente, salvo para niños pequeños.
Tiene el inconveniente de que necesita mucho espacio para girar; hay que hacer al menos una maniobra más para aparcar en lugares complicados que con la mayor parte de los coches de una longitud similar. No obstante para ser una carrocería cupé, la visibilidad en suficientemente buena en casi todas direcciones.