Ford presentó el GT40 Concept como un prototipo factible del coche que ganó las 24 Horas de Le Mans en 1966. Posteriormente, ha decidido fabricarlo en 2003, como parte de la celebración del primer centenario de la marca.
Al igual que otros prototipos de imagen antigua de Ford, como el Forty-Nine, está desarrollado con los condicionamientos de ingeniería necesarios para que se pueda fabricar en serie (aunque no tiene limpiaparabrisas). Como en el caso del Thunderbird, Ford hizo primero un prototipo y acabo fabricándolo.
Su imagen es muy semejante a la de la versión «Mark II» del GT40, pero cada rasgo ha sido revisado. Aunque el GT40 Concept es un coche mayor en sus tres dimensiones que el de carreras, guarda las misma proporciones.
El diseño interior es clásico, con una abundante instrumentación analógica y muy pocas concesiones al confort. No tiene elevalunas eléctricos ni otros elementos como navegador, calefacción en los asientos ni nada de eso. Lo único que se aparta de lo que sería un coche de carreras es un equipo de música con CD. No tiene maletero.
Mecánicamente, el GT40 Concepot es obra de SVT («Special Vehicle Team», una división de Ford que hace versiones deportivas de modelos de producción). Tiene un motor central longitudinal de ocho cilindros en V y 5,4 litros de cilindrada, con un compresor volumétrico.
Su potencia máxima es curiosamente escasa para un motor de ese tamaño que está sobrealimentado: 500 CV a 5.250 rpm. Es un indicio de que Ford efectivamente se puede tomar este prototipo en serio; si no tuviera intención de fabricarlo, podría declarar mucha más potencia y resultaría creíble. Es un tracción trasera y lleva una caja de cambios manual de seis velocidades.