El Croma puede tener unas cualidades dinámicas muy satisfactorias si lo que se busca en un coche cómodo, económico de consumo y con un motor que permita cargar al coche y seguir teniendo una buena reserva de aceleración. Es también un coche seguro y fácil de conducir, y no es nada parecido a un deportivo.
La suspensión es suave y hace al coche cómodo en casi toda circunstancia. Los baches pequeños que sacuden rápidamente a las ruedas no se sienten mucho el interior, menos que en la mayoría de los turismos y monovolúmenes. Las irregularidades del suelo más amplias, que mueven a la carrocería más bien que a las ruedas, no le afectan en exceso, poco si tenemos en cuenta que la suspensión es suave. Los movimientos de cabeceo están bien contenidos. Los de balanceo no tanto; en este sentido, el Croma está entre un turismo normal y un monovolumen normal.
El coche no plantea ningún problema para conducirlo, fuera de los que pueden venir de un error del conductor o una conducción muy inadecuada. El control de estabilidad es de serie y no desconectable, lo que me parece muy acertado.
Con las ruedas con las que lo hemos probado (Goodyear Eagle NCT 5) es un coche subvirador; con otras ruedas, puede que lo sea menos.
Lo es más que otros turismos a la entrada de la curva, y también es de esos coches que tienden más que otros a abrir la trayectoria cuando ya está en apoyo. No es excesivamente torpe y tiene un cierto margen para intervenir en la trayectoria mediante el acelerador, pero no mucho.
Por las reacciones que tiene, me parece que es un coche que invita a ser muy suave en la conducción, aunque no necesariamente a conducir despacio.
Los elementos que hay que manejar para conducir responden bien, incluso si se circula a un ritmo más ligero de lo normal. El cambio permite ser rápido y los frenos aguantan.