El SF90 Stradale es el primer deportivo híbrido enchufable en la historia de Ferrari (el primer modelo híbrido fue el LaFerrari). Para ello cuenta con un motor V8 de gasolina más tres motores eléctricos que producen en total 1000 caballos, y una batería que le permite recorrer hasta 25 km en modo eléctrico. El nombre SF90 es un homenaje al 90 aniversario de la creación de la Scuderia Ferrari. Su carrocería mide 4,71 m de longitud, 1,97 m de anchura y 1,19 m de altura.
El motor de gasolina es central trasero, de ocho cilindros, que forman una uve a 90º. Está sobrealimentado por turbocompresor y entrega 780 caballos y 800 Nm. Es una evolución de la familia de motores F154, ya presente en el 488 Pista o el F8 Tributo. Para ganar potencia, la cilindrada ha pasado de 3902 cm³ a 3990 cm³, la inyección directa funciona a 350 bares (no sabemos a cuánto funciona en versiones previas de este motor pero, aunque es una presión muy elevada, BMW también la alcanza en sus motores de cuatro cilindros turbo), tiene nuevos conductos de admisión y escape (estos últimos, hechos de inconel, en vez de acero), nuevos turbocompresores con un sistema mejorado para calentar más rápido los catalizadores. El cárter es de tipo seco.
Este V8 va conectado a una caja de cambios automática de ocho marchas, también evolucionada, de tipo doble embrague y colocada en el eje posterior. El volante motor es más ligero y el conjunto de embragues tiene un 20 % menos de diámetro lo que, según Ferrari, permite disminuir la altura del centro de gravedad en 15 mm respecto a los modelos con la caja anterior. La transmisión de par que permite ha subido hasta 1200 Nm, un 35 %, y los tiempos de actuación del embrague son de 200 ms, frente a los 300 ms de la caja del 488 Pista. La caja es 10 kg más ligera gracias, entre otras medidas, a la ausencia de marcha atrás, que la desempeñan los motores eléctricos.
Entre la transmisión y el motor térmico va ubicado uno de los tres motores eléctricos. Los otros dos mueven las ruedas delanteras, una cada uno, por lo que el SF90 Stradale tiene tracción total (como el FF) y un sistema al que Ferrari denomina RAC-e, que reparte el par motor de forma selectiva entre las ruedas delanteras para mejorar el paso por curva. Cuando el sistema de impulsión funciona a máximo, la potencia conjunta es de 1000 caballos. Si sólo funcionan los motores delanteros, el SF90 Stradale puede recorrer 25 km (en condiciones de homologación) haciendo uso de la batería y circular hasta a 135 km/h (su capacidad es de 7,9 kWh).
Las prestaciones que declara Ferrari son una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos (un Lamborghini Aventador S tarda 2,8 s, un Ferrari 812 Superfast, 2,9, un Porsche 918 Spyder del año 2012 lo igualaba, 2,6 segundos también y un Bugatti Chiron tarda 2,5 s), de 0 a 200 km/h en 6,7 segundos (lo mismo que tada un coche de unos 200 caballos en acelerar hasta 100 y dos décimas más que el Chiron en llegar a 200 km/h).
Para mantener controlado el peso, en la fabricación de la carrocería se ha empleado una combinación de materiales ligeros, uno de ellos la fibra de carbono, más aleaciones de aluminio de alta resistencia y la sustitución de piezas de fundición huecas en lugar de macizas. Ferrari dice que «el chasis SF90 Stradale cuenta con un 20% más de rigidez a la flexión y un 40% más de rigidez torsional que las plataformas anteriores sin ningún aumento de peso». La relación entre peso y potencia es de 1,57 kg/CV (esta relación está calculada con el peso en vacío, y no en orden de marcha como la mostramos en nuestras fichas técnicas). El sistema híbrido, batería y motores, tiene un peso de 270 kg, del total de 1570 kg de peso en vacío del coche.
La aerodinámica es activa gracias al alerón posterior móvil, denominado shut-off Gurney. Según Ferrari, a 250 km/h la carga aerodinámica (la fuerza descendente que ejerce el aire sobre la carrocería) es de 390 kg. Por ejemplo, en un McLaren 600LT Coupé, a la misma velocidad se producen 100 kg de fuerza. Sólo en el eje posterior del Ferrari, a 250 km/h, el alerón movil contribuye con hasta 70 kg de fuerza descendente.
Las pinzas de freno las ha desarrollado Brembo y cuentan con unos apéndices aerodinámicos que mejoran la refrigeración de las pastillas.
El habitáculo está más cerca del eje delantero, proporcionalmente, que en otros Ferrari, para mejorar la aerodinámica. La instrumentación está formada por una pantalla curva de 16 pulgadas, que se controla a través de los mandos del volante, formados por un panel táctil y varios botones hápticos, que funcionan con rozarlos. En este modelo se estrena un nuevo mando para la apertura y arranque sin llave, que se integra en un receptáculo al efecto en la consola central, y que Ferrari empleará progresivamente en el resto de su gama. Cuenta, además, con un sistema de información proyectada en el parabrisas.
El conductor puede elegir cuatro modos de funcionamiento para el sistema híbrido a través del eManettino: eDrive, completamente eléctrico; Híbrido, en el que el sistema se autogestiona para usar los motores de la forma más eficiente; Performance, destinado a dar el máximo rendimiento de los cuatro motores, mantiene el motor de combustión siempre encendido para mantener cargada la batería y que siempre haya reserva de potencia eléctrica; Qualify, del que Ferrari dice «que permite que el sistema alcance la máxima potencia de salida al permitir que los motores eléctricos funcionen a su potencial máximo (162 kW). La lógica de control prioriza el rendimiento sobre la carga de la batería».
Un paquete opcional, Asetto Fiorano, reduce el peso en 30 kg. Incluye sistema de escape y amortiguadores de alto rendimiento Multimatic GT-Racing, ambos hechos de titanio, paneles de puerta y de la carrocería en fibra de carbono y neumáticos semislick Michelin Pilot Sport Cup2.