Hemos probado con detenimiento un DS 3 con nivel de equipamiento Sport, motor Diesel de 120 CV y cambio manual de seis velocidades. El DS 3 resulta difícil de recomendar frente a coches como el MINI o el Alfa Romeo MiTo si lo que busca el comprador es sentir el placer de la conducción. Digo esto porque, a pesar de que el DS 3 tiene varios puntos positivos en este sentido —como detallo en los próximos párrafos—, ambas alternativas mencionadas transmiten más información sobre la carretera y sus controles tienen un tacto más directo y preciso. Además, en muchas versiones el precio del DS es comparativamente mayor.
Sin embargo, el DS puede resultar satisfactorio para aquellas personas que buscan un coche urbano especial por su diseño y con un cierto tacto de conducción deportivo. Frente al C3 del que deriva hay algunas diferencias que mejoran la experiencia al volante de forma notable.
La suspensión transmite los baches de forma algo seca a los ocupantes, pero en el DS 3 es más dura: contiene mucho mejor los movimientos de cabeceo y en las curvas apenas balancea. Me ha gustado el tacto de los pedales y del cambio. Este último es preciso y tiene recorridos cortos —al insertar las marchas transmite una pequeña vibración a la mano y un sonido característico; ambas cosas resultan agradables e involucran en la conducción—.
En contraste con las alternativas que he mencionado, la dirección se siente muy desconectada de las ruedas. Esto es algo que resta confianza al conducir deprisa y que aísla al conductor de lo que le sucede al coche. Se nota, por ejemplo, en que en las curvas es difícil predecir con antelación cuánto se ha de girar el volante para trazarlas como se desea. La trayectoria en línea recta es imprecisa: al conducir por autopista hay que realizar pequeñas correcciones de volante de forma constante para mantener el coche centrado en el carril.
Llevamos al DS 3 a realizar nuestras habituales pruebas de esquiva y eslalon, aunque no hemos podido recuperar el material filmado. Nuestra unidad estaba equipada con llantas de 17 pulgadas y unos neumáticos Michelin Pilot Sport 3 que proporcionan un agarre excelente. Al realizar las bruscas maniobras el coche mostró unas reacciones seguras y predecibles. Aunque el control de estabilidad permitió un ligero deslizamiento de las ruedas traseras para redondear la trazada, nunca dejaron de seguir de forma evidente la trayectoria de las delanteras, por lo que la sensación del conductor es siempre de control.
El motor de 120 CV mueve con agilidad al DS 3. Transmite al habitáculo poco ruido en cualquier circunstancia y además este no es desagradable. Las prestaciones que hemos obtenido son normales, aunque ligeramente peores que en algunas alternativas similares de las que tenemos registro, como se puede observar en esta tabla comparativa. Ha acelerado de 80 a 120 km/h en 8,2 segundos, lo mismo que un Mini Cooper D de 116 CV, mientras que un Alfa Romeo MiTo JTDm de 120 CV completó la maniobra en 7,7 segundos y un Skoda Fabia TDI de 105 CV en 8,4. En cualquier caso, son prestaciones suficientes para circular a ritmo ligero y para tener, por seguridad, una reserva de potencia disponible para realizar maniobras con alta demanda de fuerza. Si se van a realizar viajes largos de forma frecuente por autopistas o carreteras de doble sentido, considero que compensa pagar la diferencia de precio —1000 euros— por la versión Diesel de 120 CV frente a la de 100. Prueba del Citroën C3 BlueHDi 100.
En la prueba de consumo de km77, en la que recorremos 143,3 km por una autopista que atraviesa un puerto de montaña, el consumo fue de 5,0 l/100 km, un valor muy bueno. Un C3 con el mismo motor pero en versión de 100 CV —y cinco velocidades, también disponible en el DS 3— consumió 5,3 l/100 km. El consumo es poco sensible al tipo de uso que se haga del coche, por lo que es muy difícil que suba de unos 6,0 l/100 km si se realiza una conducción normal y despreocupada por la eficiencia.
Nuestra unidad estaba equipada con unos faros de ledes y xenón (DS LED Vision). Me han gustado mucho porque el haz de luz que emiten es blanco y muy ancho y largo. El sistema de frenada automática en ciudad utiliza un sensor láser situado en la parte alta del parabrisas y funciona cuando el coche circula a menos de 30 km/h. Detecta vehículos y no peatones, porque reconoce objetos reflectantes (como la matrícula de un coche o una moto). En el DS 3 se echan de menos algunos asistentes a la conducción que sí pueden llevar sus rivales, como un sistema de alerta por cambio involuntario de carril.