Dinámicamente, el Formentor e-HYBRID de 204 caballos se parece más a la versión 1.5 TSI de 150 CV (la más asequible de la gama), que a la VZ 2.0 TSI de 310 CV (una de las más costosas). Y tiene sentido, pues tanto la medida de los neumáticos de serie como el sistema de frenos o el tipo de suspensión (con amortiguadores sin posibilidad de ajuste) son iguales, a pesar de la diferencia de peso (ficha comparativa).
Es un SUV, pero no lo parece. Por la agilidad con la que se mueve, la reactividad con la que responde al más mínimo movimiento sobre el volante o incluso por la postura de conducción (mucho más baja de lo normal), este Formentor parece estar pensado para aquellas personas que buscan algo más que un coche que les lleve del punto A al punto B. No es un deportivo en el sentido estricto, pero poco le falta.
En carreteras de curvas, el balanceo de la carrocería es muy limitado, la suspensión trabaja con una efectividad sorprendente (de nuevo, para tratarse de un SUV) y la tendencia a abrir trayectoria no es demasiado acusada. Es un coche con el que se pueden pasar ratos verdaderamente entretenidos. Y sería incluso mejor si el eje delantero (el motriz) fuera capaz de transmitir la potencia al suelo de manera más eficaz. En ocasiones, la entrega de par llega con demasiada virulencia y aunque lleva de serie unos neumáticos muy anchos (245/45 en llanta de 18") y el sistema XDS (emula el funcionamiento de un diferencial autoblocante utilizando los frenos), el control de tracción tiene que hacer horas extra para tratar de contener el deslizamiento de las ruedas.
La suspensión con la que viene esta versión tiene amortiguadores sin posibilidad de ajuste (la de 245 CV tiene unos adaptativos). Es más bien firme, condición casi indispensable en un vehículo con ciertos tintes deportivos, pero no llega a incomodar a los ocupantes en casi ninguna situación. Modelos como el Mazda CX-5 o el Peugeot 3008, que dinámicamente también son muy buenos, tienen una suspensión claramente más confortable, pero no llegan a tener ese tacto tan directo y esa efectividad que se vive en el Formentor.
En ciudad también es un coche brillante, aunque en este caso es por otros motivos. Se conduce con facilidad gracias a unos mandos que oponen poca resistencia al uso (volante y pedales funcionan con mucha suavidad), pero lo que más llama la atención es el silencio de marcha que proporciona el sistema híbrido. Por defecto, y siempre que la batería tenga carga, el Formentor inicia la marcha en modo eléctrico, con la consiguiente suavidad de funcionamiento, entrega instantánea de potencia y ausencia de ruidos inherentes a este tipo de impulsión.
Una vez se acaba la carga de la batería, pasa a funcionar en modo híbrido convencional y la gestión electrónica es la que se encarga de hacer funcionar uno u otro motor (o los dos, si fuera necesario) en función de la demanda de potencia o de las condiciones de circulación. Por norma general, el encendido y apagado de los motores pasa desapercibido para el conductor y los ocupantes, salvo que se requiera una aceleración grande. En esos instantes, el motor de combustión se hace sentir en el habitáculo, aunque no llega a ser molesto (eso sí, no es un sonido «sugerente», ni mucho menos).
Si el conductor lo desea, puede seleccionar el modo híbrido en cualquier momento mediante un menú del sistema multimedia. También puede mantener la carga de la batería para utilizarla en un momento posterior (por ejemplo, para acceder a una zona de bajas emisiones) o incluso aumentarla mediante el uso del motor de combustión (es un método muy ineficiente, pues implica un consumo de gasolina mucho más alto).
Aunque el Formentor e-HYBRID de 204 caballos es la versión «de acceso» a la gama híbrida enchufable, lo cierto es que es un coche muy rápido en cualquier circunstancia. Cuesta encontrar una situación en la que se eche en falta más empuje, incluso cuando se viaja con mucha carga. Según nuestras mediciones, requiere un mínimo de 4,7 segundos para acelerar entre 80 y 120 km/h, ocho décimas más que el CUPRA León e-HYBRID de 245 CV y más o menos lo mismo que modelos como el BMW X1 xDrive25e de 220 CV, el MINI Cooper SE Countryman ALL4 de 224 CV o el Kia e-Soul de 204 CV (este último, completamente eléctrico). El Audi Q3 Sportback 45 TFSIe de 245 CV aceleró solo un par de décimas más rápido (4,5 s) y el Ford Kuga 2.5 PHEV de 224 CV fue claramente más lento (5,6 s).
Sin el aporte del motor de gasolina, el Formentor e-HYBRID también se mueve con agilidad entre el tráfico, aunque como es lógico, las prestaciones son mucho más modestas. Hemos medido 5,1 segundos para acelerar de 40 a 80 km/h y 9,7 s para pasar de 80 a 120 km/h, unos registros similares a los de modelos tan dispares como el Hyundai i30 1.0 T-GDI 48 V de 120 CV, el Nissan X-Trail dCi 130 4x4 o el Toyota Corolla Hybrid de 122 CV.
El consumo de combustible es siempre moderado, incluso cuando la batería está sin carga y el aporte de energía eléctrica es reducido. De este asunto hablamos con mucho más detalle en el apartado Consumo y recarga.
Las levas que hay detrás del volante tienen una doble función: subir y bajar marchas cuando está encendido el motor de combustión o ajustar el nivel de retención del motor eléctrico cuando se circula utilizando electricidad. Para este último hay tres ajustes predefinidos: bajo, alto y automático. El modo automático es el que más me ha gustado porque retiene más o menos en función del tráfico que nos precede y de las condiciones de circulación, y además lo hace muy bien (por ejemplo, frena más al aproximarse a una rotonda o al entrar a una población).
El sistema de frenos, como suele ser habitual en modelos híbridos enchufables y eléctricos, tiene un tacto peculiar que requiere de un periodo de adaptación. Las transiciones entre la deceleración provocada por el motor eléctrico (la frenada regenerativa) y la que proporciona el circuito hidráulico convencional no siempre son suaves, provocando ligeras inconsistencias en el pedal y pequeñas sacudidas antes de detener el vehículo. Frenando a fondo no hay ningún problema: tiene un tacto bueno y las distancias que hemos medido han sido muy buenas (49,6 metros para detenerse partiendo de 120 km/h).