El propósito de BMW a la hora de desarrollar el X5 ha sido ofrecer una berlina rápida, segura y confortable en carreteras asfaltadas, que también pueda circular con cierta agilidad fuera de ellas. El resultado ha sido un coche de carrocería familiar, con soluciones propias de una berlina de lujo, pero con una suspensión elevada para superar terrenos accidentados y un sistema de tracción total que aporta mayor motricidad y mejora la seguridad, tanto en campo como en carretera.
Para satisfacer a aquellos que realizan una conducción más deportiva está disponible un paquete opcional (se desconoce todavía su precio) que incluye unas suspensión menos flexible, llantas de aleación de 19 pulgadas de diámetro con neumáticos más anchos y de perfil bajo (255/50 VR 19 delante y 285/45 VR 19 detrás), un radiador específico para refrigerar la transmisión y una nueva centralita electrónica que anula el sistema que limita la velocidad máxima a 207 km/h en los coches que no tienen suspensión deportiva. Sin este límite, el X5 4.4i puede alcanzar una velocidad máxima de 230 kilómetros por hora.
La conducción en el campo puede ser efectiva gracias a la tracción a las cuatro ruedas. En condiciones normales son las traseras las que hacen más fuerza de tracción contra el suelo; el reparto de la fuerza del motor entre los ejes es 38 por ciento el delantero y 62% el trasero. A consecuencia de ello, si se desconecta el control de estabilidad es posible hacer que el coche sobrevireen tracción.
El diseño de la carrocería cumple un compromiso intermedio entre la estética y la capacidad para desenvolverse en terreno abrupto; tiene un ángulo de ataque de 28º y un ángulo de salida de 22,5º y una altura libre al suelo de 180 mm. Estos valores serían malos para un auténtico todo terreno, pero suficientes para un uso normal fuera de carrertera.
En los BMW X5 no hay caja reductora. Los ingenieros estudiaron la posibilidad de equiparla, pero finalmente no lo estimaron oportuno al contar con una gama de motores muy potente y no desarrollar un coche enfocado para su uso radical en el campo. Prescindir de la reductora ha permitido tener un centro de gravedad bajo.
A cambio, el X5 incorpora un sistema de control de descenso (HDC) heredado de Rover (fue estrenado por los Land Rover Freelander). Dicho sistema se encarga de frenar el coche automáticamente en fuertes pendientes.
También los X5 recurren a un nuevo sistema electrónico (ADB-X) que se encarga de frenar las ruedas que pierden tracción; hace una función similar al bloqueo del diferencial. Este sistema permite al X5 compensar, en parte, un recorrido de suspensiones corto.