Los 170 CV del nuevo motor 2 litros no lucen en el Serie 5. Es capaz de dar la aceleración que se espera de su potencia máxima, pero sólo cuando se usa el motor de forma intensa (acelerador a fondo y régimen hasta el máximo). Si se utiliza el motor más suavemente bien por no pisar a fondo o bien por no subir mucho de régimen da menos aceleración que la mayoría de sus competidores, incluso algunos menos potentes.
Otras cualidades del BMW sí son positivas, en especial el confort de suspensión y la impresión de calidad que da, superior a la media incluso sin materiales ostentosos o un diseño llamativo (que sea poco llamativo puede no gustar). También el motor tiene valores que lo hacen recomendable para algunas personas: no gasta mucho y es silencioso. La seguridad activa es buena con control de estabilidad (que es opcional) y no tan buena sin él.
Hay muchos modelos de gasolina con un tamaño, precio y potencia semejantes al BMW 520i. Si seleccionamos sólo los de cambio manual, y ordenados según su precio están: Saab 9-5 2.3t (en versión SE es más caro), Opel Omega 2.6, Lancia K2.4, Rover 75 2.5 Club, Audi A6 1.8T Quattro, Audi A6 2.4, Peugeot 607 2.2i Pack y Volvo S80 2.4.
Dentro de ese grupo hay de todo. Los hay mucho más rápidos que el BMW, como el Saab 9-5 2.3t; más equipados, como el Volvo S80 Optima; o con más seguridad activa, como el Audi A6 1.8T Quattro (no puedo opinar de alguno, como el 607). Si consideramos todos estos valores juntos, más otros como calidad y espacio, el 520i queda por encima de la media.