Una parada, un café reconfortante. Vemos llegar un todo terreno que baja de la montaña, con mucha nieve sobre el techo y el capó. Queríamos seguir esa misma ruta; hablamos con las personas del pueblo y nos advierten que posiblemente no podamos pasar el puerto.
Podemos intentarlo, sabemos renunciar. Viajar no es llegar, es intentarlo.
El Rio sigue limpio pese a lo que nos ha llovido y nevado. Me gustaría que alguien que lo supiera me contara por qué unos coches se manchan más que otros. Lo que no está limpio, la luz lo esconde.
Siempre me han gustado las condiciones extremas de luz. La niebla, la lluvia, la nieve o el hielo siempre son sugestivos. Es más difícil trabajar. El frío te puede dejar sin sensibilidad hasta para cambiar el diafragma. Avanzamos despacio y hago fotos que me gustan.
No podemos cruzar el puerto. Damos la vuelta suavemente y volvemos por el camino que hemos andado. Miro las huellas que dicen por donde vamos y volvemos. |
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