Preparo minuciosamente el equipo, como hacíamos antes de una excursión con el colegio.
No son las fotos de siempre, así que no quiero el equipo de siempre. Nada de teleobjetivos largos, nada de motores de arrastre y película, la justa. Las cámaras preferidas («ésta y la otra»). El parte meteorológico anuncia sol, espero que se equivoquen.
Quedamos en el sitio de siempre, pero de noche. Conozco a pocos buenos fotógrafos que no se levanten de noche. El Rio llega a la cita sin llamar la atención. Me gustan los coches con cinco puertas porque siempre voy cargado de equipaje.
La ciudad al amanecer tiene un aspecto singular. Dejamos atrás los edificios de siempre, vistos con la luz que hay y con la que no hay. Empieza el viaje y pienso que viajar no es cambiar de sitio, es un estado de ánimo. |
|