El habitáculo del Volvo XC60 es amplio en términos absolutos pero no destaca frente a otros todoterreno de su tamaño. Por los materiales y el ajuste entre las piezas está entre los mejores.
Delante, hay espacio suficiente en todas las cotas, aunque con la opción del techo corredizo los ocupantes más altos notarán como la cabeza les queda muy cerca del tapizado. Los asientos son tan buenos como es habitual en Volvo: dan una sujeción correcta y resultan confortables.
Los cinturones de seguridad y los reposacabezas no se pueden regular en altura. Esto no supone ningún problema para ocupantes de hasta 1,95 m altura. Quien supere esa talla, irá incómodo porque la parte superior de la espalda le rozará contra la inferior del reposacabezas.
Todos los mandos quedan a la vista y son fáciles de accionar. Por primera vez, Volvo ha dejado de utilizar la pantalla del navegador escamoteable por una fija en la consola. Como queda más baja obliga a desviar algo más la mirada de la carretera —en este aspecto, la que sobresalía del salpicadero era difícilmente mejorable—.
Sobre la pantalla del navegador hay otra más pequeña donde aparecen las informaciones relacionadas con el climatizador y el equipo de sonido.
Al acceso a las plazas traseras es sencillo porque las puertas dejan un vano grande. En la plaza central puede viajar un tercer pasajero, siempre que los de los laterales no sean muy corpulentos, porque en mullido de esa plaza no es incómodo. Volvo no utiliza un sistema de banqueta deslizable —como tienen el Audi Q5 o el Volkswagen Tiguan— pero sí se puede abatir los asientos traseros y el respaldo del asiento delantero derecho.
Por el habitáculo hay diversos huecos donde guardar pequeños objetos o dejar botes de bebida. En las puertas delanteras hay espacio suficiente para llevar una botella de agua de 1,5 litros. El techo de cristal (opcional) está formado por dos hojas. La delantera, que es la de mayor tamaño, se levanta o se desliza hacia atrás mientras que la otra es fija.
Maletero
Se accede a él a través de un portón de tamaño grande. Según la versión, el mecanismo de apertura y cierre puede ser automático. La luneta no es practicable. El espacio de carga es ancho y profundo pero no hay mucha altura hasta la bandeja que lo cubre (40 cm) . Para no rayarlo al cargar o descargar, el paragolpes tiene una protección de plástico sin pintar.
Hay un sistema para facilitar la organización de la carga. Consta de una pieza que normalmente forma parte del piso pero que se puede colocar verticalmente separando el maletero en dos. Así, parte de la carga se puede repartir entre los respaldos y esta pieza, y el resto entre esta pieza y el portón. Además, hay una cinta elástica para asegurar ciertos objetos y unos ganchos para colocar unos cinchas o una red.
Bajo el piso hay una bandeja con compartimentos y, si lo lleva, el altavoz de graves y el lector de DVD del sistema de navegación. Este lugar no sirve para llevar objetos voluminosos puesto que tiene poca altura (imagen). Como medida de seguridad para evitar robos si rompen la luna, a este compartimento no se puede acceder si el portón no está levantado. Bajo este hueco está el sistema de reparación de pinchazos.