Hay tres versiones Diesel —D3 de 136 CV, D4 de 163 CV y D5 de 215 CV— y dos de gasolina —T5 de 241 CV y T6 de 305 CV—. Hay variantes tanto de tracción delantera como total («AWD»). La gama XC60 ha sufrido diferentes modificaciones desde que comenzó a comercializarse. En julio de 2011 llegó el motor Diesel de 215 CV y el de gasolina de 241 CV. En mayo de 2012 la denominación D3 se asgina al motor de 136 CV (antes DRIVe) y la D4 al motor de 163 CV (antes D3) (más información).
La versión Diesel D3 de 136 CV se puede adquirir desde 34 490 €. Es menos costoso que un Audi Q5, un BMW X3 o un Mercedes-Benz GLK, todos ellos con motores Diesel de 140 a 185 CV (ficha comparativa). Hay muchos todoterrenos de su tamaño y potencia más asequibles (listado).
El XC60 es un coche cómodo, amplio para cuatro adultos y con un equipamiento de seguridad abundante. Éste, en algunos casos, es novedoso. Un ejemplo es el «City Safety», un sistema que es capaz de detectar un obstáculo y frenar por sí mismo para evitar un accidente. Desde finales de 2010 lleva una versión actualizada con más funciones (más información).
Por carretera, no es un coche mucho más torpe que un turismo. Fuera de ella, hay diversos elementos que facilitan su utilización, como la tracción total —en las versiones que la tienen—, una altura libre al suelo muy grande (230 mm) o un sistema que mantiene la velocidad constante durante una bajada muy pronunciada —únicamente cuando se circula fuera del asfalto—.
Además, el perímetro inferior de la carrocería está recubierto de un plástico sin pintar para evitar que esa zona se deteriore por culpa de las piedras o roces contra el suelo.
El XC60 puede superar obstáculos a los que difícilmente se enfrentarán la mayoría de sus propietarios, a pesar de que los neumáticos de los coches que he conducido son específicos para carretera (Pirelli P-Zero Rosso).
Para mí, el mejor todoterreno de este tipo en carretera lenta es el BMW X3, porque es el que da menor sensación de coche más alto que un turismo. El XC60 no tiene esa respuesta tan directa a las acciones sobre el volante y los pedales que tiene el BMW pero no creo que sea mucho más lento y sí claramente más cómodo —al menos que el X3 que hemos probado—. Entre el XC60, el Audi Q5 y el Mercedes-Benz GLK no hay grandes diferencias en lo que a conducción se refiere que hagan a uno claramente mejor o descartable frente a los otros, si bien es cierto que el GLK, como es habitual en Mercedes-Benz, tiene una suspensión sobresaliente por su buen compromiso entre estabilidad y confort en todo tipo de vías.
Hemos probado con detenimiento el Diesel de 185 CV —ya no se vende—, que es claramente más ruidoso que el de gasolina (T6), pero tiene el característico sonido de un motor de cinco cilindros que, al menos a mí, me parece más agradable que el que hace uno de cuatro. La unidad de pruebas tenía este motor Diesel de 185 CV y cambio manual; yo, si tuviera que comprarlo, optaría sin duda por el cambio automático (más impresiones de conducción).
Como otros modelos de Volvo, el XC60 puede tener la suspensión de amortiguación variable «Four C» (más información).
Habitáculo y equipamiento
El habitáculo es razonablemente amplio dadas las dimensiones de la carrocería pero carece de elementos que aporten más funcionalidad, como una banqueta trasera deslizable con los respaldos ajustables en inclinación, elementos que sí tienen otros modelos de la competencia (más impresiones del interior). El maletero tiene 495 litros de capacidad —con kit de reparación de pinchazos—.
El XC60 está disponible con tres niveles de equipamiento: «Kinetic», «Momentum» y «Summun» (fichas de equipamiento).
Cuando llegó al mercado en 2008 estrenó el «City Safety», un sistema que funciona hasta 35 km/h, en dos fases. Si detecta riesgo de colisión, carga el circuito hidráulico de los frenos para poder dar la máxima presión cuando el conductor pise el pedal. Si el sistema considera que la colisión es inevitable, frena el coche sin intervención del conductor. En función de la diferencia de velocidad entre los dos coches, el «City Safety» puede evitar completamente la colisión. Si no lo logra, sí reduce las consecuencias del accidente.
El XC60 también lleva otro sistema de seguridad que advierte al conductor sobre el riesgo de una posible colisión. Funciona a cualquier velocidad. En el salpicadero, justo delante del conductor, hay una tira de diodos luminosos que se iluminan, reflejándose sobre el parabrisas, para advertir a quien conduce de que está demasiado cerca del vehículo que le antecede. Cuando considera que hay riesgo de choque esas luces parpadean.
Además, puede tener un dispositivo que controla el grado de atención del conductor. Una barra, dividida en cinco segmentos, muestra en la pantalla del cuadro de instrumentos el grado de cansancio del conductor. Cinco segmentos iluminados representan atención máxima (imagen), ninguno, la mínima. Cuando sólo quedan dos, aparece un pictograma con forma de taza de café humeante y suena un bip, recomendando al conductor que pare y descanse. Para probarlo, intenté reproducir lo que yo consideraba una conducción errática: no movía el volante y cuando lo hacía era en forma de pequeñas y bruscas correcciones. Haciendo eso, no conseguí engañar al sistema. Finalmente descubrí que si dejaba de actuar sobre los pedales, el dispositivo iba indicando que yo perdía atención.
Otros sistemas de seguridad son el control de estabilidad con función antivuelco —trata de estabilizar el vehículo y, si no lo logra, despliega los airbags necesarios para evitar en lo posible los daños a los ocupantes—, el de alerta por cambio involuntario de carril —avisa mediante un sonido que se parece el de una máquina de videojuegos— y el detector de obstáculos en el ángulo muerto, que da más avisos falsos que otros coches que tienen este dispositivo (imagen).
La pieza que hace de soporte del retrovisor interior aglutina diversos componentes de los dispositivos de seguridad, como la cámara del sistema de reconocimiento del carril, el sistema de emisión de luz infrarroja (tres haces) y su receptor que utiliza el sistema «City Safety», además del sensor de lluvia (imagen).
No puede tener conexión automática de las luces. Las de marcha diurna tienen la peculiaridad de que hay que conectarlas manualmente, poniendo el mando de las luces donde señala iluminación de posición. Hay que acordarse de quitarlas cada vez que se deja el coche aparcado. En la mayor parte de los vehículos la luz de marcha diurna se conecta y desconecta automáticamente.
El XC60 está disponible con 13 colores de carrocería, dos terminaciones para las barras longitudinales del techo, tres tipos de tapicería y dos maderas para los recubrimientos del interior. Entre las opciones están el techo panorámico de cristal o los cristales laminados en todas las ventanillas —dificultan el robo y son más seguras en caso de accidente—.
Desde otoño de 2009 se puede adquirir un paquete opcional, denominado «R-Design», que modifica ligeramente el aspecto exterior e interior —más información y galería de imágenes—.
Precio del seguro y otros detalles
Asegurar a todo riesgo un XC60 D4 de 163 CV con cambio automático y equipamiento «Summum» para un conductor de 35 años con 15 años de carné y tres años sin siniestros, que utilice el coche a diario, recorra hasta 20.000 km anuales, estacione en un garaje colectivo y resida en Barcelona, cuesta 1.284 € con la compañía Génesis, la de mejor relación entre calidad y precio —6,97 sobre 10— según nuestro comparador de seguros. La opción más barata es la de Balumba (888 €), a costa de una menor relación calidad-precio —6,53 sobre 10—.
El XC60 se fabrica en la planta que Volvo tiene en Gante (Bélgica). Volvo tiene previsto vender 50.000 unidades anuales en todo el mundo, 5.000 de ellas en España —un 90% con motor Diesel—.