No nos cabe duda de que el Volvo V90 Cross Country es, en un sentido amplio, un coche confortable y también equilibrado dinámicamente. Pero para saber cuánto y también cómo «va» en comparación con los modelos equivalentes, en km77.com hemos probado en el mismo período de tiempo, y realizando los mismos recorridos, dos de sus principales alternativas: un Mercedes-Benz Clase E 220d 4MATIC All-Terrain y un Audi A6 allroad 3.0 TDI 218 CV (ficha técnica comparativa).
El Cross Country es destacable entre ellos porque es el que tiene, por mucho margen, una altura libre al suelo mayor. Por tanto, aquellas personas que tengan pensado realizar incursiones de cierta complejidad fuera del asfalto y valoren esta cualidad como prioritaria, no han de pensárselo mucho: tendrán en el Volvo su mejor opción porque no rozará en los bajos ante obstáculos en que los otros sí lo harán. Esta es una valoración comparativa; no se ha de olvidar el hecho de que, aunque tenga la capacidad de librar más obstáculos que sus alternativas, dista de tener las cualidades de un todoterreno porque carece de reductora (o un mecanismo que imite su funcionamiento) y tiene unos ángulos característicos pobres.
La suspensión que llevaba la unidad que hemos probado es la de serie. Es de dureza fija, tiene muelles helicoidales en el eje delantero y un sistema con una ballesta que va colocada trasversalmente en el trasero. Opcionalmente se puede instalar una suspensión de dureza variable con muelles neumáticos en las cuatro ruedas; cuesta 2075 euros. En este artículo de técnica del Volvo S90 hay información al respecto y plenamente aplicable al V90 Cross Country.
La sensación que hemos tenido los redactores que hemos probado el Volvo, el Audi y el Mercedes-Benz es que, al igual que ocurre en las versiones de estos modelos que no están enfocadas al uso fuera del asfalto, la suspensión del Volvo no consigue aislar a los ocupantes con el mismo nivel de refinamiento que los otros dos. Aunque estos tenían ventaja en nuestra prueba porque sí llevaban una suspensión neumática, hemos conducido los S90 y V90 con la suspensión neumática de Volvo y la percepción de estar un paso por detrás de sus alternativas en este sentido es similar.
El Mercedes-Benz es el más cómodo con diferencia y el Audi es el más efectivo porque da un excelente compromiso entre confort y agilidad. Lo que ocurre en el Volvo es que al pasar sobre algunos baches, como puede ser una tapa de alcantarilla que queda algunos centímetros por debajo del nivel de la calzada, el movimiento que se transmite a los pasajeros es más brusco que en los otros dos vehículos. También llegan al habitáculo con más claridad las imperfecciones del asfalto rugoso, tanto por las pequeñas vibraciones constantes que este produce como por el ruido de rodadura y el que transmite la suspensión al funcionar.
Dicho esto, el Cross Country dista de ser un coche incómodo, ya que más bien es todo lo contrario, y así es como es lógico que lo perciban la mayoría de usuarios. Con él se pueden realizar viajes sumamente relajados. Simplemente opinamos que en los otros dos el refinamiento es algo mayor incluso.
Mi compañero Mario Garcés probó un V90 aproximadamente un mes antes de conducir el Cross Country (yo no he conducido el primer coche). Según él, las diferencias que se perciben entre uno y otro son pequeñas; el Cross Country solo es ligeramente menos ágil en carreteras de curvas lentas porque el balanceo de la carrocería es algo (muy poco) más acusado, pero la diferencia es muy pequeña teniendo en cuenta que va seis cm más alta que en el V90, que es mucho. En el resto de situaciones de la conducción normal no hay desemejanzas evidentes salvando el hecho de que se va sentado más alto en uno que en otro.
Hemos podido comprobar nuestras impresiones al realizar en circuito las maniobras de esquiva y eslalon, igual que hacemos con muchos de los coches que probamos (lista de reproducción de vídeos). Las reacciones del Cross Country fueron prácticamente idénticas a las del V90, salvo porque el balanceo de la carrocería ha sido algo más grande en el primero. Conseguimos completar la maniobra de esquiva correctamente a 74 km/h en el Cross Country y a 76 km/h en el V90. Más allá del dato de la velocidad, lo importante es que ambos respondieron de manera satisfactoria porque los movimientos fueron perfectamente controlables y predecibles, a lo que ayudó el impecable funcionamiento de las ayudas electrónicas. El Mercedes-Benz Clase E All-Terrain completó la maniobra de esquiva a 73 km/h y mostró unas reacciones similares (vídeo). En el vídeo que acompaña a esta información hay más detalles sobre las maniobras de esquiva y eslalon del Volvo V90 Cross Country. Aquí se puede acceder al vídeo del V90.
No es un coche que invite a realizar una conducción a ritmo rápido en curvas, pero la dirección (suficientemente rápida y precisa) y el balanceo moderado de la carrocería hacen que se pueda circular deprisa con confianza. El Audi es más ágil y las acciones que el conductor realiza sobre el volante o los pedales provocan un efecto más inmediato en sus reacciones.
El motor Diesel de 235 CV que llevaba nuestra unidad de pruebas (versión D5 AWD Aut.) mueve con soltura al vehículo en todo tipo de situaciones. Como se puede apreciar en nuestra tabla comparativa, las prestaciones que hemos medido han sido prácticamente idénticas a las que obtuvimos con un S90 con el mismo motor y sistema de tracción (han tardado, respectivamente, 5,8 y 5,9 segundos en acelerar entre 80 y 120 km/h). La gama Diesel de los S90 y V90 solo está compuesta por motores de cuatro cilindros a diferencia de sus rivales.
El Clase E All-Terrain que hemos probado, con motor Diesel de cuatro cilindros de 194 CV, ha dado unas prestaciones peores que las del Volvo, pero normales para su potencia (80 a 120 km/h en 7,0 segundos). El All-Terrain también se puede pedir con un motor de seis cilindros y 258 CV que no hemos probado.
El motor Diesel más pequeño disponible en el Audi, que es el que llevaba nuestra unidad de pruebas, es de seis cilindros y tiene 218 CV. Sus prestaciones han sido muy superiores a las del Volvo, aunque este tiene más potencia (solo ha necesitado 5,3 segundos para realizar la misma maniobra). La diferencia de empuje entre ambos, si bien no siempre es útil o relevante en una conducción normal, se percibía de manera evidente al conducir un coche y después el otro. Los motores de los tres coches son muy silenciosos; en ningún caso las diferencias en este sentido deberían ser determinantes para condicionar la compra.
El V90 Cross Country necesitó 52,2 metros para detenerse desde 120 km/h, frente a los 51,0 metros del V90 D4 con tracción delantera que probó Mario. Aunque es algo más de distancia, es un valor bueno en relación con sus alternativas.
En nuestro recorrido de consumo habitual, de unos 143 km a 120 km/h de media por una autovía que atraviesa un puerto de montaña, el Cross Country gastó 6,4 l/100 km, lo mismo que el Clase E All-Terrain, que es una cifra baja teniendo en cuenta que son coches pesados, altos y con un sistema de tracción a las cuatro ruedas. El consumo del Audi A6 Allroad fue en torno a 1 l/100 km superior en el mismo recorrido.
Hay muchos elementos relacionados con la conducción de este coche que son idénticos tanto en el Volvo V90 (Impresiones de conducción) como en el S90 (Impresiones de conducción). Por ello, recomendamos acceder a los respectivos enlaces para obtener más información sobre apartados que no tendría sentido comentar aquí por duplicado.
En el V90 Cross Country se va sentado a una altura superior que en la mayoría del resto de turismos convencionales y también que en muchos de los populares vehículos con aspecto de todoterreno. Esto ayuda a que la visibilidad desde el puesto de conducción sea buena. Maniobrar con este coche de prácticamente cinco metros de longitud es relativamente sencillo porque no es difícil saber dónde están sus extremos y las ayudas al estacionamiento resultan útiles.