Por ciudad o por carreteras rápidas es un coche que va bien, e incluso que transmite buenas sensaciones al conducirlo y da la apariencia que tienen los coches grandes y estables. Posee buen tacto y apoya bien en las curvas. Su estabilidad lineal es grande y es cómodo de suspensión; es mejor que algunos en carreteras donde se pueda desarrollar una velociadad alta, pero peor que otros en las carreteras lentas.
La suspensión está bien conseguida. Absorbe bien cualquier tipo de irregularidad y la carrocería no tiene un movimiento amplio al pasar por cambios de rasante pronunciados o al cambiar de apoyo bruscamente.
Aunque es preferible a algunos en carreteras rápidas, es peor que otros en las lentas porque resulta más torpe de lo habitual. Es algo raro en un producto tan moderno, sobre todo teniendo en cuenta las excelentes referencias que tenemos de los coches que comparten suspensiones con este Volvo (el Mazda3 y el Ford Focus C-Max).
Para notar esta falta de agilidad en carreteras (de segunda o tercera velocidad) es necesario rodar a un ritmo rápido o muy rápido.
Quien nunca circule a este ritmo por carreteras lentas, probablemente jamás llegue a apreciarlo. Que sea menos ágil que otros no me parece determinante para elegirlo o rechazarlo frente a otros modelos de la competencia, sobre todo para determinados usos. Sin embargo, hay determinadas circunstancias donde un coche más ágil ayuda a mantener más fácilmente la trayectoria si —por ejemplo— el conductor comete un error o tiene un despiste y se «traga» una curva cerrada a una velocidad inadecuada.
Estas apreciaciones están hechas con la suspensión convencional que el Volvo tiene de serie (y neumáticos Pirelli P7 205/55 R16 91W); opcionalmente puede tener cambios en las suspensiones («Chasis Sport»; 350 € y «Chasis Dinámico»; 295 €). No puedo opinar sobre la conveniencia de estas opciones sin haberlas probado.
El cambio de marchas tiene unos recorridos cortos. A algunos miembros de la redacción les ha parecido que su accionamiento es algo lento en un uso exigente. Los que hemos conducido el coche por primera vez, en ocasiones hemos engranado la marcha atrás cuando queríamos poner la primera. Esto se debe a estas dos marchas están muy juntas y la palanca no tiene un tacto evidente que informe al conctor con precisión de cual de las dos marchas está engranando. En poco tiempo me he acostumbrado a esta característica.